La ampliación de los plazos concesionales es una buena noticia para inversores actuales y futuros de los puertos españoles. El capricho de la rentabilidad no puede ser gratuito, aunque es cierto que las estibadoras llevan cuatro años con altibajos en sus facturaciones y una situación de inestabilidad fruto de los vaivenes de los tráficos de tránsito.
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