La naviera Finnlines, filial del grupo Grimaldi, podría recibir una multa de 17 millones de euros que le impondría un tribunal de Helsinki, según publica el diario belga ‘Le Lloyd’. El armador debe pagar un dividendo a sus accionistas de 17,80 millones de euros, más 300.000 euros por costas judiciales, en base a una demanda presentada por uno de sus accionistas (la empresa de seguros y fondos de pensiones Ilmarinen).
La cifra de negocios de Finnlines cayó un 32,8 por ciento en 2008, y realizó un pequeño beneficio de un millón de euros. En 2009, la empresa registró una pérdida neta de 41,17 millones de euros, con una cifra de negocios de 404,4 millones. La carga transportada cayó un 27 por ciento hasta las 596.000 unidades, los automóviles descendieron un 67,5 por ciento (38.000 unidades), mientras que la carga general retrocedió un 31 por ciento hasta los 2 millones de toneladas.
Mientras tanto, la compañía redujo su flota y sus costes operativos, de ahí que la empresa matriz Grimaldi decidiera ser prudente a la hora de repartir dividendos en 2008. De hecho, la naviera decidió no acordar dividendos en 2009, y si 2010 estaba llamado a ser el año de la recuperación, el conflicto social que sacude a los puertos finlandeses no va a ser de ayuda.
La dirección de la naviera tiene 30 días para apelar la decisión del tribunal, y ya ha declarado que piensa hacerlo. La compañía lanzó a mediados de enero un servicio entre Gotemburgo y Bilbao, un viaje de cuatro días y medio que hace escala en el puerto de Amberes en dirección Norte. Finnlines puso los buques ro-ro “Finnmill” y “Finnpulp” al servicio de la nueva ruta.
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