Los retos están claros; ahora es el momento de afrontarlos con visión, compromiso y determinación.
El transporte español enfrenta un año repleto de desafíos e incertidumbres y con un objetivo entre ceja y ceja: ser flexible para adaptarse a los cambios del entorno, cada vez más rápidos e inesperados, haciendo buena la teoría darwiniana. Los portavoces de las distintas organizaciones del sector han puesto encima de la mesa los principales retos de cara a este nuevo año, que lejos de ser amenazas, representan oportunidades para construir un modelo más eficiente, sostenible y competitivo.
La descarbonización lidera la agenda de prioridades. El cumplimiento de la exigente ‘agenda verde’ de la Unión Europea no es negociable. Es urgente avanzar en la transición hacia flotas más limpias, tanto en el transporte terrestre como en el marítimo y aéreo. El despliegue de infraestructuras para combustibles alternativos debe acelerarse, mientras que los incentivos económicos y fiscales pueden marcar la diferencia para las empresas que apuesten por esta transición.
Por otro lado, la transformación digital sigue siendo una asignatura pendiente para muchos actores del sector. La integración de herramientas como el internet de las cosas (IoT), la inteligencia artificial y los sistemas de gestión logística avanzados permitirá optimizar rutas, reducir costes y mejorar la sostenibilidad. Además, estas nuevas tecnologías pueden ser clave para enfrentar otro desafío crítico: la falta de conductores profesionales, un problema que requiere soluciones inmediatas en términos de formación y condiciones laborales que hagan más atractiva esta sufrida actividad.
El ferrocarril, que sigue sin coger velocidad en España, representa una gran oportunidad. Potenciar su uso mediante inversiones en infraestructuras, con el obligado ‘peaje’ de las obras en marcha, junto a la mejora de la conectividad con los puertos y los centros logísticos será esencial para descarbonizar el transporte de larga distancia.
2025 debe ser el año en que el sector pase de la reflexión a la acción. La colaboración entre empresas, asociaciones y un Gobierno, a día de hoy, ausente, será determinante para que España pueda llegar a liderar la transformación del transporte de mercancías en Europa. Los retos están claros; ahora es el momento de afrontarlos con visión, compromiso y determinación.