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Abierto el primer tramo de la autovía a la frontera por Lérida que conecta con la nada

Ninguno del medio millar de camiones que pasan diariamente al sur de Francia por la N-230 ha estrenado la nueva vía, que ha costado 37,67 millones de euros a Fomento.

Ningún vehículo pesado que entra en Francia por Lérida ha estrenado el primer tramo de la autovía A-14, abierto en mayo. Ni lo hará porque el tramo en cuestión, que ha costado 37,67millones de euros a Fomento, conecta con la nada. El transportista tiene que dar un rodeo de 4,7 kilómetros para circular por siete kilómetros de autovía.

Ni uno de los más de 500 camiones que circulan diariamente por la carretera N-230 para entrar en Francia por Lérida (Vall d’Aran) ha estrenado el primer tramo de la autovía A-14, que el Ministerio de Fomento abrió al tráfico en mayo. Y eso que se ahorrarían algunas rotondas. La razón es simple: el tramo en cuestión, entre Roselló y Almenar, conecta con la nada, ni en un sentido (hacia Lérida) ni en otro (Vall d’Aran), y el transportista no ahorra tiempo.

Tiene que dar un rodeo de 4,7 kilómetros para circular por un tramo de siete kilómetros, que ha costado 37,67 millones de euros. La autovía A-14 es un viejo proyecto que originariamente se concibió como un gran corredor transfronterizo por Los Pirineos Centrales, desde Lérida, alternativo a la N-230. Ante el impacto ambiental que hubiera tenido en el Vall d’Aran, el Ministerio de Fomento decidió en 2005 construir una autovía entre Lérida y Sopeira (Huesca), de 95,6 kilómetros de extensión, y desde ese punto a la frontera, mejorar la N-230.

“El tramo abierto es absurdo”, señala Silvia Llobet, secretaria general de la Asociación de Transportistas de Lérida. La A-14 es una vieja reivindicación del transporte leridano, “es vital para nuestros transportistas tanto por el volumen de mercancías como por la alta siniestralidad que hay en la N-230”. A pesar de ser una vía básica de comunicación transfronteriza y la más directa para acceder al Vall d’Aran desde el resto de la Península, esta carretera tiene todavía tramos muy estrechos donde es imposible que se crucen dos camiones.

La transitada vía “la utilizan numerosos transportistas que van al sur de Francia a buscar cereales y también circula mucho transporte frigorífico que se ahorra el peaje por Irún o La Jonquera”. Para el presidente de la Cámara de Comercio de Lérida, Joan Simó, “hubiera tenido más sentido empezar por Lérida, conectando con la A-2”.

El absurdo tramo es uno de los regalos que la ministra Pastor se encontró de su antecesor en el cargo. Pastor lo puso como ejemplo de las cosas que se hacen sin cabeza ni sentido común, el pasado marzo, en una comparecencia en el Senado. Pastor se comprometió a reactivar los proyectos paralizados (ver tabla), eso sí, no dio plazos de ejecución. Y es que son necesarios 682 mi-llones de euros para completar la A-14 y otros 567 millones para las obras de mejora en la N-230.

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