La pública encarga un estudio funcional sobre el complejo ferroviario de mercancías al que se pretende acondicionar para que admita trenes de hasta 750 metros de longitud.
Adif acelerará la remodelación de la actual estación de clasificación de Vicálvaro para que reemplace operativamente a la terminal intermodal de Abroñigal. La pública ha encargado un estudio funcional sobre el complejo ferroviario de mercancías, al que se pretende acondicionar para que admita trenes de 750 metros de longitud
Como adelantó este periódico hace ya dos años, la actual estación de clasificación de vagones de Vicálvaro se confirma finalmente como la elegida para reemplazar operativamente a la actual terminal intermodal de Abroñigal, que viene pidiendo paso a su traslado desde hace tiempo, como consecuencia del colapso derivado de su ubicación en pleno corazón de Madrid y las dificultades asociadas en el capítulo de accesos tanto ferroviarios como viarios, así como la imposibilidad material para poder acometer obras de ampliación de ninguna clase.
El Plan de Impulso al Transporte de Mercancías por Ferrocarril del Ministerio de Fomento potenciará la renovación de las instalaciones logísticas del Adif y es en este contexto en el que se enmarca la reciente licitación de un estudio funcional del complejo ferroviario de mercancías de Vicálvaro, que ha quedado obsoleto y que se pretende remodelar para que se asuma en un plazo no muy lejano la operativa de tráfico de contenedores por ferrocarril que se ha venido realizando históricamente desde el centro logístico intermodal de Abroñigal.
El estudio cuenta con un presupuesto de licitación de 254.237 euros y el plazo de ejecución del mismo no deberá superar los seis meses. Con este estudio se determinarán las acciones necesarias a emprender para convertir la actual estación de Vicálvaro en una nueva terminal logística integral que permita la operación de trenes de gran longitud, algo que le está vedado ahora y en el futuro a Abroñigal, además de los medios técnicos oportunos para la carga y descarga de los convoyes, espacios óptimos para el almacenamiento y manipulado de las mercancías y el apoyo a la instalación de servicios logísticos vinculados a la terminal.
Entre las condiciones que se contemplan para su resolución en el estudio encargado se encuentra la habilitación del complejo ferroviario para que esté capacitado para recibir trenes de hasta 750 metros de longitud, es decir, el objetivo que se ha marcado desde el Ministerio de Fomento para conseguir impulsar el transporte de mercancías por ferrocarril en los próximos años. Además, la instalación deberá estar también preparada para una futura adecuación a la red de ancho estándar a nivel europeo. En todo caso, el objetivo del Adif en el Proyecto Vicálvaro pasa por ir un poco más allá de lo que viene realizando hasta el momento en Abroñigal.
Esto supone que el nuevo complejo ferroviario de mercancías no se limitará a atender los tráficos de contenedores, en el que sin duda estará especializado, pero que también intentará atraer otro tipo de tráficos también en competencia directa con la carretera, como pueden ser los graneles, siderúrgicos, etc. En los últimos tiempos, Adif ha venido desarrollando actuaciones de reforma en la estación de Vicálvaro, como la ejecución de 40 plazas de aparcamiento para vehículos pesados en un nuevo área de 3.600 metros cuadrados, la mejora de los accesos viarios y la rehabilitación de la playa de intercambio modal ferrocarril-carretera.
La génesis de la elección de Vicálvaro como alternativa de futuro a Abroñigal se encuentra contemplada en documentos elaborados desde el año 2008, tanto por la propia Adif como por el Ministerio de Fomento. En concreto, el estudio sobre la remodelación del sistema del transporte ferroviario de mercancías en el entorno de Madrid encargado a una consultora por el ministerio barajaba como alternativa más viable a Abroñigal, operativa y económicamente, la de Vicálvaro.
Fecha de caducidad para Abroñigal
El traslado de la terminal intermodal de Abroñigal, una infraestructura emplazada en pleno corazón de la ciudad deMadrid y que se encuentra maniatada para acometer una eventual ampliación, es un viejo objetivo de las distintas administraciones públicas que parece que, esta vez sí, está cercano a entrar en su recta final. De hecho, el proceso se ha visto respaldado definitivamente por la intención adelantada por el ministro de Fomento, José Blanco, de proceder a la venta de algunos activos de Adif.
Entre esos activos susceptibles de venta sobresalen principalmente las terminales de Madrid-Abroñigal y Barcelona-Morrot. En el caso de Abroñigal, su traslado llegó a formar parte hace cuatro años del programa electoral del alcalde de Madrid, Alberto Ruiz- Gallardón, que planteaba la utilización de la superficie actual de la terminal como nueva estación del AVE, en sustitución de la de Atocha. Aquella propuesta de Gallardón no fue respaldada por Fomento, al considerar que la accesibilidad de Atocha es muy superior a la que puede tener Abroñigal.
En todo caso, la posibilidad de echar mano de forma más omenos inmediata de Vicálvaro, sumada al complemento que supone el proyecto del nuevo centro logístico intermodal en Aranjuez, permiten sentenciar que la fecha de caducidad de Abroñigal está cada día más cercana.
Complejo de Vicálvaro
La estación de Vicálvaro, que fue inaugurada en 1972, se encuentra enclavada en el kilómetro 2,5 de la carretera que une Vicálvaro con Coslada y ocupa una extensión de 90 hectáreas. Inicialmente estaba dedicada a la clafisificación de vagones, que se agregaban o desagregaban para reexpedirlos a otros destinos.
El complejo estaba estructurado inicialmente en tres haces de vías, uno de ellos de recepción de nueve vías, otro de clasificación de 30 y un tercero de expedición con otra decena de vías, dos de ellas para realizar maniobras.
Las instalaciones cuentan con áreas complementarias que se han ido añadiendo en años posteriores, como es el caso de los talleres para locomotoras y vagones.
La terminal de Abroñigal, por su parte, fue inaugurada en 1974 y dispone de 230.000 metros cuadrados de superficie. Las instalaciones cuentan con 18 vías y 90.000 metros cuadrados de playas para carga y descarga. Para la operativa se emplean tres grúas pórtico, seis grúas móviles y tres tractores de maniobra. La terminal cuenta con zona de aparcamiento para 230 camiones.