La pública adjudicó la manipulación de UTIs a una empresa que entró en concurso poco después de hacerse con el contrato.
Adif se ha visto obligada a acudir al rescate de una subcontrata para que sus trabajadores desconvocasen los paros en el centro logístico intermodal de Madrid-Abroñigal y éste volviese a funcionar. La pública adjudicó los servicios de manipulación de UTIs a Joirsa Obras y Servicios, que ha entrado en concurso sólo unos meses después
Al cierre de esta edición, Adif se había visto obligada a adelantar un pago de 80.000 euros para que los 22 trabajadores de Joirsa Obras y Servicios, la subcontrata que se encarga de los servicios de manipulación de contenedores del centro logístico intermodal de Abroñigal, pudiesen percibir las nóminas atrasadas y desconvocasen el paro que ha mantenido inactiva ala principal terminal de contenedores del país durante más de una semana, según han confirmado fuentes sindicales. De esta manera, Adif socorre a una empresa que ha entrado en concurso de acreedores sólo unos meses después de convertirse en la adjudicataria de estos servicios.
Desde la pública se justifican en que estos concursos están sujetos a la Ley de Contratación Pública y la oferta presentada por Joirsa se enmarcaba dentro de los parámetros legales. Joirsa resultó adjudicataria el 29 de marzo de 2012 del servicio de alquiler de tres grúas móviles, incluido el mantenimiento integral, manipulación de unidades de transporte intermodal (UTIs), mantenimiento integral de tres grúas pórtico y mantenimiento preventivo y correctivo de una grúa móvil en el centro logístico de Madrid-Abroñigal por un importe de 4,40 millones de euros hasta 2016. El contrato fue adjudicado por la Dirección de Contratación y Coordinación Comercial de la Dirección General de Servicios a Clientes y Patrimonio de la pública Adif.
Curiosamente, se da la circunstancia de que Joirsa, fundada en 2002 para la actividad de construcción, acababa de ampliar su objeto social a la manipulación y alquiler de carretillas elevadoras, grúas pórticos y móviles y transporte ferroviario, entre otras actividades, tan sólo unos días antes de la resolución del citado concurso.En realidad, la de Joirsa, que cuenta con un capital social de 33.006 euros, fue la única oferta que concurrió al mismo. Además, las mismas fuentes han confirmado a este periódico que los trabajadores que componen la plantilla de Joirsa en Abroñigal proceden de la anterior subcontrata de estos servicios, IMU Servicios Integrales, a la sazón, empresa también propiedad de la familia Urdillo, como en el caso de Joirsa y que acabó en disolución a finales del pasado año a resultas de su delicada situación financiera.
TRANSPORTE XXI ha tratado en repetidas acasiones, aunque sin éxito, ponerse en contacto con Juan Gregorio Urdillo, administrador de ambas empresas. IMU fue constituida en 1996 y fue ampliando paulatinamente su objeto social desde el comercio de material eléctrico y la construcción hasta el manipulado de carretillas eléctricas y maniobras ferroviarias. La empresa se convirtió en la sociedad más activa a la hora de concurrir a concursos del Adif para la manipulación de contenedores y mantenimiento de maquinaria en centros logísticos, adjudicándose los de San Roque, Puerto de Santa María y Algeciras, en la provincia de Cádiz, Sevilla-La Negrilla y Córdoba-El Higuerón, entre otros, además de Madrid- Abroñigal. Ante las dificultades financieras de IMU, estas operativas se han ido progresivamente internalizando por parte del Adif, salvo en el caso de Abroñigal, según corroboran fuentes sindicales.
La inflación de adjudicaciones en favor de IMU no pasó desapercibida e incluso fuentes del sector no han dudado en justificarla en su “conocida afición por tirar los precios”. De hecho, algunos operadores aseguran que resulta “inviable” obtener rentabilidad de estas actividades al precio bajo el que han concurrido tanto IMU como Joirsa. La espectacular huida hacia delante ha terminado con la liquidación de IMU y la entrada en concurso de Joirsa, hasta hace unos meses tan solo vinculada al Adif en forma de adjudicaciones de servicios de limpieza y por unos importes muy alejados de las cifras millonarias que representan los servicios de manipulación de UTIs. De hecho, frente a los 5,47 millones de euros que facturó IMU en 2011, Joirsa sólo alcanzó los 181.442 euros un año antes. Ahora flota en el ambiente el grueso interrogante de conocer el porqué Adif adjudicó estos servicios a una empresa con estos antecedentes.
El desvío de tráficos colapsó los puertos secos
La inactividad de Abroñigal ha supuesto un grave quebradero de cabeza para operadores y cargadores. Fuentes próximas a Adif aseguran que el cese de la actividad se comunicó en tiempo real a sus clientes, para que éstos tomasen las alternativas que considerasen oportunas paramantener el servicio. De hecho, Renfe desvió tráficos a los puertos secos de Coslada y Azuqueca de Henares, que quedaron colapsados, con lo que gran parte de la actividad se acabó escapando hacia la carretera.
La capacidad de reacción de Adif, puesta en entredicho por sus clientes, estaba bastante limitada, según lasmencionadas fuentes, puesto que no podía recurrir a la sustitución con medios propios del personal y maquinaria de Joirsa, “porque estaría incurriendo en una ilegalidad”. En todo caso, otras fuentes revelan que la pública no ha perdido el tiempo y ha puesto en marcha cursos de formación para su personal para prevenir la contingencia, que se estima harto probable, de tener que internalizar los servicios que desarrolla Joirsa, en vista de sus graves dificultades económicas.
Abroñigal, en cifras
La terminal intermodal fue inaugurada en 1974. Dispone de 230.000 metros cuadrados de superficie, en los que se encuentran en funcionamiento 18 vías y 90.000 metros cuadrados de playas para carga y descarga. Para la operativa se emplean tres grúas pórtico, seis grúas móviles y tres tractores de maniobra. La terminal cuenta con zona de aparcamiento para 230 camiones.
Adif inició la externalización de los servicios de manipulación de grúas y de contenedores en 2009.
El tráfico de contenedores se ha ido reduciendo paulatinamente en los últimos años en la terminal, pasando de los 282.503 TEUs en 2005 a 148.201 en 2011.
La ubicación de las actuales instalaciones, en pleno centro de la ciudad, ha dado lugar a diversos estudios para acometer su traslado que no se terminan de concretar. El antiguo centro de clasificación de Vicálvaro, también de Adif, es la alternativa mejor posicionada.