Editorial  | 

Al ferrocarril le crecen los enanos

Todavía hay quien sigue asegurando, sin ningún tipo de rubor, que es más que posible alcanzar el 10% de cuota en 2030, frente al apenas 4% que tiene actualmente el modo ferroviario.

Cuando parecía que todos los astros se habían alineado para impulsar el tráfico de mercancías por ferrocarril en España, en el furgón de cola de Europa, las obras han cortado las vías. “La red ferroviaria está patas arriba”, coinciden los principales actores, que urgen al Gobierno sacar adelante el nuevo sistema de ayudas por perturbaciones extraordinarias de tráfico, conocido como SAPET. Y es que el deterioro es patente día sí y otro también, como advierten algunos cargadores, obligados a volver a recurrir al camión por la cancelación de trenes.

Es evidente que es necesario acometer la modernización de las vías para facilitar, por ejemplo, la puesta en marcha de autopistas ferroviarias o aumentar la longitud de los trenes en aras de hacer más rentable y competitivo el negocio, aunque no toda la culpa es de las infraestructuras. Hace dos décadas, el tren movía casi más carga que ahora. Pero la pregunta es obligada: ¿Todas las obras a la vez? La respuesta es obvia: sí, para no perder los fondos europeos. Mucho más importante que cualquier intento de planificación para mitigar el impacto de las obras. Y todavía hay quien sigue asegurando, sin ningún tipo de rubor, que es más que posible alcanzar el 10 por ciento de cuota en 2030, frente al apenas 4 por ciento que tiene actualmente el modo ferroviario, empezando por el ministro de Transportes, Óscar Puente, y siguiendo por el comisionado del Corredor Atlántico, José Antonio Sebastián, quien afirma, incluso, que se superará. El papel lo aguanta todo.

Una de las grandes apuestas para que el tren coja velocidad son los corredores ferroviarios, pero no hay que olvidar que están diseñados para pasajeros, por lo que aún es pronto para saber cuántos surcos quedarán para mercancías, y a qué precio.

La puesta en marcha de autopistas ferroviarias es otro de los proyectos de moda, con mucho voluntarismo. Sin embargo, teniendo en cuenta las ventajas técnicas y económicas del contenedor sobre las autopistas ferroviarias, ¿no habría sido más lógico ayudar al contenedor, en lugar de abordar cuantiosas inversiones en la adaptación de gálibos? Y eso, teniendo muy presente que los puertos españoles ya generan más del 50 por ciento del tráfico de mercancías por tren…