La dársena gallega mueve un 5,8% menos hasta marzo por el desplome en un 71% de los flujos de su principal cargador, que son paliados por el auge del GNL, fueloil, carbón y contenedores.
La Autoridad Portuaria de Ferrol ha sufrido en el primer trimestre de este año el impacto de la caída de los tráficos en un 71 por ciento de su principal cargador, Alcoa.
La entidad, que preside Francisco Barea, ha paliado el descenso de bauxita y alúmina, con unas 463.700 toneladas manipuladas hasta marzo por la multinacional estadounidense en la dársena de San Cibrao frente a 1,5 millones del mismo periodo de 2022, gracias al empuje de los flujos energéticos y al movimiento de contenedores desde la terminal de Yilport Ferrol.
Esta diversificación de los movimientos de la dársena gallega ha posibilitado reducir la caída trimestral a un 5,8 por ciento, contabilizando un tráfico total de 2.456.000 toneladas.
Entre las mercancías más dinámicas sobresale el gas natural licuado (GNL), que rozó las 600.000 toneladas hasta marzo, un 78,5 por ciento más que en su misma comparativa con 2022. Además, el fueloil alcanzó las 238.000 toneladas, un 91,64 por ciento de alza; el carbón se situó en 223.418 toneladas, un 270,8 por ciento de subida; y la madera, con 95.314 toneladas, tuvo un 210 por ciento más.
Además, Yilport Ferrol contabilizó 11.946 TEUs, triplicando en el primer trimestre el volumen de 3.852 cajas del mismo periodo del año pasado.
El presidente de la dársena gallega resaltó que el desarrollo de la terminal de contenedores “se mantendrá y junto con la llegada de nuevas industrias al puerto exterior contribuirá a hacer frente a la situación de incertidumbre que el nuevo escenario energético plantea”. Entre las concesiones otorgadas en 2022 destaca el proyecto de Nervión Naval Offshore para invertir 25 millones de euros en el desarrollo eólico marino. Finalmente, Francisco Barea reiteró su “apuesta por San Cibrao y el deseo de que la situación de Alcoa pueda mejorar en el medio plazo”.