El enclave, que terminó el año con un tráfico de 104,6 millones de toneladas y 4,7 millones de TEUs, espera que en 2024 se pueda acometer la expansión de la terminal de TTI-A, una vez se complete la venta de la coreana HMM a Harim Group y JKL Partners.
El Puerto de Algeciras continúa desafiando a todos los cisnes negros que aparecen y trastocan el comercio marítimo mundial, manteniendo su condición de primer enclave del sur de Europa en movimiento de mercancías
En 2023, el puerto logró volver a superar la barrera de los 100 millones de toneladas por octavo año consecutivo en el competitivo escenario del Estrecho de Gibraltar, frente a Tánger Med y el nuevo régimen comunitario de comercio de emisiones (ETS), posicionando sus cifras en 104,6 millones de toneladas, un 2,3 por ciento menos que en 2022, según avanzó ayer el presidente de la Autoridad Portuaria, Gerardo Landaluce, en una comparecencia telemática ante los medios de comunicación en la que hizo una valoración positiva del ejercicio, “a pesar de un contexto complicado, donde hay que reclamar la incoherencia del ETS”.
Es la tercera mejor marca desde 2016, si bien el enclave español aún no ha podido superar el récord de 109,4 millones de toneladas logrado en 2019, “un resultado en la línea del sistema portuario”.
Estas cifras permiten al enclave reivindicar su posición estratégica y sus volúmenes operados por sus terminales como garantía para los armadores mundiales, es decir, su “valor activo” que vuelve a resaltar en tiempos difíciles para el sector como el actual de la crisis del Mar Rojo, una situación que está provocando retrasos en la cadena de suministro mundial.
Lejos de ver el negocio pasar por su orilla, el enclave advierte de la necesidad de una política de Estado para tener “puertos bien situados, fuertes y mejor conectados”, para lo cual “es importante dar apoyo a las tramitaciones medioambientales”, en referencia al desarrollo del Plan Director de Infraestructuras del enclave, indica Landaluce.
Y es que mientras llega esta expansión de las infraestructuras, el enclave espera que 2024 sea un ejercicio que aporte brillo y certidumbre al proceso de expansión de la terminal TTI-A, en la denominada Fase B de la instalación que no termina de arrancar en los últimos años, una situación que vendría a aumentar la capacidad de atraque y manipulación de contenedores en el enclave.
A preguntas de Transporte XXI, Landaluce indicó que “Isla Verde Exterior es un proyecto vivo, en el que estamos batallando con numerosas dificultades”. La última es el proceso de venta de la naviera HMM, principal accionista de TTI-A junto a la francesa CMA CGM, que está a las puertas de cerrarse para su venta a Harim Group y JKL Partners, según confirmó Landaluce. “TTI-A tiene una estructura de clientes sólida y en 2024 vamos a dedicar esfuerzos a la Fase B, porque es un elemento crítico y fundamental que va a estar en el centro”.
En este sentido, Landaluce recalcó el “valor activo” que representa el sistema portuario español, y en concreto, Algeciras, para ofrecer una respuesta a las necesidades de los navieros mundiales en la crisis del Mar Rojo y reconoció que “contra las disfunciones, tenemos capacidad conjunta para afrontar una reestructuración de servicios, solo hay que recordar que el nivel de operatividad de las terminales durante la pandemia o el incidente del “Ever Given” fue memorable”. Reclamó al colectivo naviero la falta de un KPI (indicador clave de rendimiento), “que les pueda indicar el valor activo que representamos los puertos, porque somos un activo seguro”.
Landaluce, que descartó hablar de “colapso” en los muelles, sino de “niveles altos de actividad” por flujos procedentes de buques desviados por el Cabo de Buena Esperanza, remarcó “la necesidad” de acometer la expansión de Isla Verde Exterior, indicando que posiblemente si se tuviera un modelo portuario distinto, privatizado, ya estaría en marcha, señalando que “la iniciativa pública tiene otra visión con el largo plazo”.
La Autoridad Portuaria tiene previsto activar un plan de contingencias junto con las terminales para hacer frente a la “posible avalancha” de tráficos que se tengan que tratar en el enclave en las próximas semanas, “ya que no sabemos cuánto puede durar este conflicto”.
Cierre provisional de 2023
En el pasado año, según el avance de los datos del cierre del ejercicio, Landaluce confirmó que el puerto manipuló 4.733.385 TEUs. El contenedor, su tráfico estrella, tuvo un descenso del 0,7 por ciento, afectado por la disminución de los flujos de tránsito internacional y por la ralentización en la llegada de buques durante las dos últimas semanas de diciembre.
Dentro del negocio del contenedor, Landaluce valoró como “un dato muy importante”, el crecimiento del 10,5 por ciento de los flujos de importación, con un movimiento de 245.556 TEUs, dentro de los 776.976 TEUs manipulados en operaciones de comercio exterior, sumando la gestión de equipos vacíos. En 2023, la importación destacó gracias a la evolución de los flujos en contenedores reefer, con 68.000 TEUs, tráficos que crecieron un 18 por ciento, procedentes de envíos de Costa Rica, Perú y Egipto, principalmente. Por su parte, los tráficos de exportación descendieron un 16 por ciento, con un movimiento de 191.544 TEUs.
En cuanto al resto de tráficos, los graneles tuvieron un comportamiento negativo, mientras que el tráfico de camiones en el Estrecho de Gibraltar bajó un 1 por ciento, con un movimiento de 458.409 UTIs.
Plan de Inversiones
De cara a 2024, Puerto de Algeciras priorizará en su plan de inversiones las actuaciones destinadas a mejorar su conectividad, tanto en el lado mar como en lado tierra. El puerto quiere impulsar proyectos por 103 millones de euros dentro de los 511 millones que hay comprometidos en su Plan de Empresa hasta 2027. Entre las actuaciones destacan la accesibilidad viaria y ferroviaria, la digitalización, infraestructuras portuarias y transformación energética, con el objetivo de que los buques que operan en el Estrecho puedan estar conectados a la red eléctrica en 2025.
Entre los retos a acometer a corto plazo, Landaluce citó la ampliación de las puertas del Puesto de Control Fronterizo, “una infraestructura que “está pasando de ser un lastre a factor neutral para convertirse en una fortaleza”, una vez se completen las mejoras que se vienen realizando, con más personal y mejora de las tramitaciones de expedientes.