Ripoll quiere situar la ampliación sur, que gestiona OHL, a pleno rendimiento para restituir el equilibrio económico de la dársena.
Alicante ha perdido en los últimos cuatro años el 30 por ciento de las ventas de su negocio portuario, lo que supone unas mermas anuales de cuatro millones de euros para la Autoridad Portuaria. Su nuevo presidente, José Joaquín Ripoll, quiere restituir el equilibrio económico de la dársena, hoy en pérdidas, aprovechando mejor la ampliación sur
El puerto de Alicante perdió el 30 por ciento de su volumen de negocio en los últimos cuatro años fruto del fuerte descenso de los volúmenes. Sus muelles pasaron de gestionar un tráfico de 3,7 millones de toneladas y 172.729 TEUs a 2,5 millones de toneladas y 132.059 TEUs en 2010. Un tercio de los tráficos dijeron adiós al enclave alicante que pasó de facturar 17,85 millones de euros en 2005 a situar sus ventas en 13 millones de euros, mientras que de ganar anualmente unos 4,5 millones de euros netos en los años 2005 ó 2006, por ejemplo, ha entrado en una espiral negativa a partir de 2008 con la crisis.
El cierre del servicio de carga rodada de Boluda con Baleares, la fuerte caída de los tráficos de cemento, la quiebra de Contenemar y una gestión portuaria y comercial amenazada por la gran conectividad del puerto de Valencia y por la política de precios en la estiba del puerto de Cartagena, su principal rival en la zona, fueron las causas. El puerto obtuvo cifras rojas en 2009, en 2010 y lo volverá a hacer en 2011. De hecho, el mayor peligro que tiene la dársena alicantina es haber orientado todo su negocio del contenedor con el mercado canario, que sufre de constantes altibajos tanto en precios como en volúmenes y tiene una alta inestabilidad en el entramado de navieras que realizan servicios.
Su nuevo presidente, José Joaquín Ripoll, ha aterrizado en la dársena con el firme objetivo de sanear el puerto. En su toma de posesión, realizada el pasado 29 de septiembre, Ripoll afirmó que “nuestra gestión inmediata se centrará en la recuperación comercial hasta el nivel de 2008 y el pleno funcionamiento de la ampliación sur (que gestiona OHL) para restituir el equilibrio económico de la Autoridad Portuaria”. Para ello, Ripoll señaló que “deberemos buscar nuevas especialidades que compensen los tráficos perdidos, buscar un tamaño óptimo de operaciones y adoptar un modelo diferente, que es nuestro principal reto”.