El transporte por carretera tenía la fecha del 10 de septiembre marcada en rojo en el calendario. La ministra de Fomento, Ana Pastor, después de la reunión de finales de julio, convocada de un día para otro, había vuelto a citar al sector para después de las vacaciones. El encuentro con el Comité Nacional habría sido uno más de los ya tradicionales con el nuevo ministro de turno de no haber sido por el plantón de la titular de Fomento, que abandonó la sala tras la apertura de la sesión. El incendio fue de tal magnitud que Pastor no tuvo más remedio que regresar a los cinco minutos para apagar el fuego. Una rectificación a tiempo que permitió que las aguas volvieran a su cauce. A partir de entonces, la reunión siguió el guión previsto.
La ministra de Fomento se armaba de paciencia, mientras los primeros espadas de las principales organizaciones del Comité sacaban sus pañuelos y contaban sus penurias y miserias. Tres largas horas después, Pastor finiquitó el encuentro como suele ser habitual en estos casos. Es decir, con la creación de grupos de trabajo, que no deja de ser una manera de enquistar los problemas y seguir mareando la perdiz. Eso sí. Ahora ya sabe como se las gastan los transportistas. No le faltaba razón al otrora secretario general de Transportes, Fernando Palao, cuando afirmó a TRANSPORTE XXI que “el sector está siempre llorando, muy instalado en la crisis”, que “lo que quiere es tocar ministra”… Así las cosas, la pregunta vuelve a ser obligada. ¿Habrá tomado Pastor buena nota de la inoperancia de ese circo llamado Comité si de verdad quiere un negociado moderno o será una ministra a la fuga?…