Opinión  | 

Avances a toda máquina para lograr la descarbonización

Antonio Martínez Suárez. Director de la división Traction de ABB en España

La electrificación desempeña un papel crucial a la hora de abordar el cambio climático

Cada día, millones de personas y toneladas de mercancías viajan en tren por España, impulsando la economía y la vida cotidiana de sus habitantes. Sin embargo, las emisiones del transporte ferroviario representan un 26% del total de emisiones de efecto invernadero en el país. Es por eso por lo que la UE impulsó el Pacto Verde, con el objetivo de lograr la neutralidad climática para 2050. Como parte de este compromiso, se estableció la meta de reducir el 90% de las emisiones en el sector del transporte.

Ante esta perspectiva y considerando que el ferrocarril es el medio de transporte más sostenible y el único capaz de aumentar la producción en un 30% y mejorar su eficiencia en un 25%, existen diversas opciones para impulsar este tipo de transporte de manera más verde.

En este camino resulta crucial, como punto de partida, el papel de la modernización de los trenes. A través de la incorporación de nuevas tecnologías, muchas de ellas basadas en modelos predictivos y analíticos, es posible realizar un mantenimiento de forma proactiva para extender la vida útil de la base ya instalada, evitando paradas no programadas que alejen a este medio de transporte de su objetivo de ser cada vez más accesible, seguro y sostenible.

En segundo lugar, proporcionar tecnologías avanzadas es clave para mejorar la eficiencia y seguridad de los trenes, facilitando tanto el transporte masivo de mercancías como la conectividad geográfica de pasajeros. Por ello, las compañías tecnológicas industriales están liderando ya este cambio introduciendo nuevas tecnologías y soluciones, como los sistemas de almacenamiento de energía y convertidores de tracción de alta eficiencia, que permiten reducir el consumo energético y los costes operativos hasta en un 20% y que ya forman parte del corazón de los trenes de nueva generación que recorren nuestro país a diario.

Dada la urgencia de reducir el impacto en nuestro planeta, además de la actual volatilidad del precio y el suministro de combustible, es de vital importancia que las empresas hagan la transición a un enfoque de transporte sostenible para reducir tanto sus emisiones como su consumo de energía. Por ello, la electrificación no sólo del ferrocarril, sino de vehículos industriales responsables del transporte de personas, mercancías y materias primas; desempeña un papel crucial a la hora de abordar el cambio climático.

Para entender mejor la magnitud de este avance, consideremos lo siguiente: mientras que los motores de gasolina y diésel pueden alcanzar eficiencias del 33% y el 45% respectivamente al operar en su intervalo de carga óptimo, los motores eléctricos suelen superar el 90% de eficiencia. Así, si esta solución se aplicase a todos los entornos industriales se conseguiría reducir el consumo de energía y el impacto ambiental no solo de los trenes, sino también en sectores donde la hibridación también tiene cabida, como el transporte marítimo, la minería o la construcción.

En este sentido, en el sector marítimo se han desarrollado barcos completamente eléctricos, mientras que en la industria minera se emplean soluciones de automatización y electrificación de vehículos para garantizar la seguridad y cumplir con los estándares ambientales. Por su parte, en el sector de equipos de construcción, muchas empresas trabajan con el reequipamiento de diferentes tipos de vehículos de su flota. Un número cada vez mayor de modernizaciones de la movilidad eléctrica están empezando a avanzar, dando como resultado proyectos reales.

En definitiva, aunque el diésel se sigue usando en la mayoría de los vehículos industriales, el transporte y las embarcaciones marítimas, las soluciones de electrificación están avanzando a buen ritmo. Los trenes de potencia eléctricos que se basan en una alimentación por batería y catenaria, así como los híbridos diésel-eléctricos, ya han dejado patente su utilidad y sus ventajas en cuanto a eficiencia y costes en el caso de vehículos pesados como trenes, trolebuses y autobuses eléctricos. Ahora, la tecnología, la experiencia y los conocimientos acumulados en estos campos cada vez tienen una mayor aplicación en los vehículos industriales, el transporte y el sector naval. Gracias al avance de la electrificación, actualmente tenemos al alcance de la mano vehículos industriales más eficientes y con menos emisiones.