El puerto de Barcelona ha sido la tercera dársena española en activar el sistema para detectar el tráfico ilícito de material radioactivo y nuclear, tras Algeciras y Valencia. Con esta iniciativa, la dársena catalana es reconocida como puerto seguro por Estados Unidos. Este plan de seguridad se enmarca en el programa Megapuertos, puesto en marcha en 2004 por la Agencia Estatal de Administración Tributaria de España y el Departamento de Energía de Estados Unidos. Con la activación del nuevo sistema, los contenedores que entran por camión a la dársena pasan tres niveles de seguridad.
El primero, al cruzar las puertas de las principales terminales, Tercat y TCB, donde hay instalados unos detectores pasivos de radioactividad. Si se activa esta alarma, se comprueba la documentación que acompaña a la mercancía para determinar si la radiación es inocua, como pasa con determinados productos como los plátanos. Si la documentación no justifica la alarma, hay una segunda inspección en una zona habilitada para ello, donde el contenedor pasa por el escáner de rayos X, que funciona en la instalación desde 2007. Hay un tercer control de medición con diversos equipos manuales.
Desde que funciona, el 1,5 por ciento de los contenedores que pasan por las puertas de TCB y Tercat han provocado la activación de la alarma por presencia radioactiva, que en todos los casos ha sido inocua. Sixte Cambra, presidente de la Autoridad Portuaria de Barcelona, destacó en la presentación del sistema la importancia de ser considerado “puerto seguro” por Estados Unidos, “uno de los cinco socios importantes de Barcelona en contenedores”. La dársena catalana movió más de 40.000 TEUs con origen o destino a Estados Unidos el pasado año. Antonio de la Ossa, director general de Aduanas, también incidió en la importancia de la iniciativa para favorecer el comercio internacional a través de los puertos.