La inauguración oficial de la nueva terminal semiautomatizada de la multinacional asiática Hutchison en Barcelona marcará un antes y un después en la historia del sistema portuario español. Su modernidad refuerza la oferta portuaria del enclave catalán en el Mediterráneo y se convierte en la segunda instalación de este tipo en España, tras la terminal de Hanjin en Bahía de Algeciras. El propósito de Hutchison no es otro que lograr convertir a Barcelona en la principal entrada de Asia en el sur de Europa con una inversión de más de 300 millones de euros en su primera fase que suponen el mayor monto económico destinado por una empresa estibadora en España. Barcelona afronta el arranque de su mayor inversión desde la Olimpiada de 1992. Barcelona Europe South Terminal (BEST) de la compañía Tercat colocará en el mercado una productividad mínima de 30 movimientos/hora.
Su gran objetivo: prestar atención personalizada a los armadores que apuesten por la instalación que proyecta un volumen de tráfico en el entorno de los 1,5 millones de TEUs anuales en su primera fase. La gran apuesta de Hutchison por España es, a la vez, su primer desafío en el terreno de la semiautomatización a nivel mundial. Barcelona es un excelente campo de pruebas no sólo para la multinacional sino para todo el negocio logístico-portuario. Ya nada volverá a ser lo mismo. La terminal provocará un uso intensivo de la intermodalidad con trenes al centro de Europa y un aprovechamiento exhaustivo de las potencialidades logísticas de la ZAL de Barcelona, convirtiendo al enclave catalán en una instalación de referencia, a lo que se debe sumar la profesionalidad de sus estibadores, un claro ejemplo para otros puertos. Olvidada queda ya la avería del Muelle Prat que provocó un retraso de cuatro años y medio en el plan de negocio de Tercat. Hoy Barcelona se ha vuelto a poner guapa y se aupa de nuevo, gracias a la asiática, en el olimpo logístico-portuario de Europa.