La aerolínea de bandera china, que operará una conexión con Pekín de pasaje, tiene mercado para atraer nuevos flujos sobre todo de mercancías a temperatura controlada.
El aeropuerto de Barcelona crece en conectividad con Asia al estrenarse Air China y aumentar capacidad Turkish Airlines. La ruta de pasajeros de Air China tiene mercado para captar nuevos flujos sobre todo de carga que necesita temperatura. Turkish casi cuadruplica capacidad en uno de sus tres vuelos diarios entre El Prat y Estambul
El aeropuerto de Barcelona incrementa su conectividad con Asia, mercado estratégico de la instalación catalana para el negocio de la carga, esta primavera con el aterrizaje de Air China y el incremento de capacidad de las actuales conexiones que tiene Turkish Airlines, ambas compañías representadas en España por el agente general de carga (GSA) Gen-Air. La aerolínea de bandera china estrena el 5 de mayo una ruta de pasajeros entre El Prat y Pekín, con escala en Viena, con cuatro conexiones semanalmente.
El enlace estará cubierto por una unidad Airbus A330, lo supone una oferta en bodega de entre ocho y diez toneladas por trayecto, “que va a tener desde el principio una alta ocupación de entre el 80 y el 90 por ciento”, señalan fuentes de Gen-Air. Una alta ocupación no debida exclusivamente a que la nueva conexión atraiga los actuales tráficos que se mueven por camión aéreo a los vuelos que Air China opera desde Zaragoza, un carguero semanal, y desde Madrid, una conexión diaria de pasajeros.
La ruta directa desde Barcelona, con el ahorro de tiempo que supondrá respecto al camión aéreo, “dará juego para atraer nuevos flujos de mercancías, sobre todo de carga que necesita temperatura”, añaden desde el GSA. Se trata de la primera conexión de pasajeros casi directa entre Barcelona y China, pero no de mercancías. La aerolínea luxemburguesa Cargolux lleva una década operando un servicio de importación desde Hong Kong.
La otra protagonista del incremento de la conectividad del aeropuerto catalán con Asia es Turkish Airlines. La aerolínea incrementa capacidad, desde el 28 de abril, al sustituir un Airbus A321 por un A330 en uno de sus tres vuelos diarios de pasajeros entre El Prat y Estambul. Ello se traduce en pasar de una capacidad en bodega de tres toneladas “hasta casi 12 al tratarse de un trayecto corto”, ruta que necesita menos combustible y, por lo tanto, admite más peso. Además de poder cargar grandes volúmenes, que antes se enviaban a los cargueros que la aerolínea turca opera desde Madrid, el objetivo es “atraer flujos que ahora salen desde Barcelona por otras aerolíneas”, añaden desde el GSA, en referencia a compañías que compiten con Turkish Airlines desde la Península en las rutas con el continente asiático.