Las operaciones de suministro del combustible alternativo pasan de una cuota inferior al 1% a representar casi el 6% en dos años, de los 65.000 metros cúbicos de repostaje en 2021 a los 143.000 en 2023.
El puerto de Barcelona sigue líder en operaciones de bunkering de gas natural licuado (GNL) en la península y es una de las principales dársenas europeas en esta actividad con 143.000 metros cúbicos de este tipo de combustible, menos contaminante que el fósil, suministrado a ferris y cruceros en 2023. Y ello supone el doble del GNL repostado en 2021 (65.051 metros cúbicos), un año récord.
El ejercicio 2022 fue un mal año (26.397 metros cúbicos) por la guerra en Ucrania, lo que provocó una importante escalada de los precios del GNL, hasta el punto que barcos con motores mixtos de armadores como Baleària, uno de los principales clientes de la dársena, dejó de operar temporalmente con este combustible.
El bunkering de GNL se disparó el año pasado al recuperar la naviera alicantina la propulsión por este combustible, al moderarse los precios y al comenzar a operar la ‘Haugesund Knutsen’, gabarra de bunkering de GNL que ha escogido Barcelona como puerto base.
Y la operativa de la ‘Haugesund Knutsen’, de la compañía Knutsen Scale Gas y gestionada comercialmente por Shell, ha triplicado los suministros en la modalidad barco a barco (ship to ship) en dos años, hasta las 66 operaciones de bunkering a cruceros en 2023. Un total de 133 repostajes fueron de camión cisterna a barco (truck to ship) a los ferris de Baleària por parte de ESK.
El año pasado también fue el primero de la dársena catalana en hacer una operación de bunkering de GNL a un barco que no era ni a un crucero ni a un ferri. Se trató de un car carrier de MOL y no será el último a tenor de la apuesta que está haciendo la naviera japonesa por este tipo de combustible, apuntó ayer Lluís Salvadó, presidente de la Autoridad Portuaria.
De los 143.000 metros cúbicos de GNL suministrados,127.500 correspondieron a operaciones ship to ship y 15.500 a truck to ship. El GNL ha pasado de tener una cuota del 0,2 por ciento en las operaciones de suministro en la dársena en 2021 al 5,8 por ciento en 2023.
También se han disparado los barcos que atracan en Barcelona alimentados por GNL, incluidos tanto los que han repostado en el puerto catalán como en otras dársenas, sobre todo Marsella y puertos del norte de Europa. El año pasado sumaron 618 escalas, prácticamente el doble que en 2021 (388 escalas), es decir, el 7 por ciento del total de los atraques. Estas 618 escalas han supuesto “una reducción de 400 toneladas de NOX, lo que representa un ahorro del 10 por ciento de emisiones de NOX de todas las escalas en 2023”, añadió Lluís Salvadó.
Barcelona ya es hub de GNL al contar con la planta de regasificación de Enagás más grande de Europa. El objetivo de la dársena es convertirse en hub de combustibles alternativos. La operativa de bunkering de GNL supone contar ya con la infraestructura preparada para transición energética hacia los combustibles del futuro, apuntó el responsable portuario.
Más información en la edición del 15 de febrero en papel de Transporte XXI.