La dársena mantiene las bonificaciones y debe afianzar la red de terminales marítimas interiores para incrementar su hinterland.
El ampliado puerto de Barcelona necesita nuevos tráficos para llenar el espacio ganado. Y para ello, estibadores y terminales deben avanzar en acuerdos para incrementar la productividad, según Sixte Cambra, presidente de la Autoridad Portuaria. Se mantienen las bonificaciones y se debe afianzar la red de terminales marítimas interiores
La ampliación del puerto de Barcelona ya es una realidad. Ahora toca actuar para llenar el espacio ganado, lo que pasa porque estibadores y terminales consensúen medidas para ganar competitividad, es decir, incrementar la productividad para captar nuevos tráficos. Así lo señaló Sixte Cambra, presidente de la Autoridad Portuaria de Barcelona, en la conferencia que pronunció en el Fórum Europa Tribuna Cataluña. Hace un año, estibadores y terminales firmaron un primer acuerdo en este sentido. Ahora, “se tiene que seguir avanzando en ganar competitividad”, señaló Cambra.
En cuanto a los deberes que se impone la Autoridad Portuaria para ganar más tráficos, se mantienen, por tercer año consecutivo, las bonificaciones. Estos descuentos han supuesto dejar de ingresar 20 millones de euros en 2012, “hemos renunciado a generarlos para apoyar políticas activas”. También con la vista puesta en la competitividad y en luchar contra el sambenito de que Barcelona es un puerto caro, “se está en proceso de una nueva valoración de los terrenos” portuarios. Además, para captar más tráficos, “hemos de consolidar la estrategia de puerto en red”, es decir, las terminales marítimas interiores.
El 80 por ciento de las mercancías que salen y entran en la dársena tienen como origen o destino Cataluña. “El objetivo es que representen el 50 por ciento porque hayamos crecido en el hinterland exterior de Cataluña”, añadió. Sixte Cambra confirmó que el puerto asumirá el 50 por ciento del coste de los nuevos accesos ferroviarios, obra que depende del Ministerio de Fomento, como ya publicó este periódico en una anterior edición. Una vez estén encarrilados los accesos ferroviarios, el siguiente paso será abordar los viarios.
El lastre del transbordo
El puerto de Barcelona cerró el año pasado con un descenso del 3,6 por ciento del tráfico de mercancías, de acuerdo con un primer balance hecho público.
Este resultado negativo se debió al lastre del transbordo, tráfico que sigue sin recuperarse, ya que la importación y la exportación crecieron el 1,8 por ciento.
Los ingresos ascendieron a unos 160 millones de euros, cifra similar a la de 2011. El cash flow se situó en unos 80 millones y el Ebitda sumó 90 millones.
Con una deuda de 460 millones a largo plazo, el ratio de endeudamiento “es bueno y nos permite seguir ejecutando inversiones”, señaló Cambra.
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