La Autoridad Portuaria de Barcelona prorrogará la vigencia de las autorizaciones de transporte para operar en la dársena hasta el 31 de diciembre, que se otorgaron en el marco del plan para ordenar el transporte terrestre, el conocido como Proatrans, según han señalado diversas fuentes. Se trata de la segunda prórroga. Los responsables portuarios ya congelaron en 2009 las nuevas reglas del Proatrans que tenían que entrar en vigor el 1 de enero, entre ellas las exigencias para renovar las autorizaciones que caducaban, a raíz del expediente sancionador (investigación) que abrió la Comisión Nacional de la Competencia en marzo del pasado año contra toda la comunidad portuaria que firmó el Proatrans.
Según el organismo supervisor, el plan fija unas condiciones para acceder al transporte de contenedores en la dársena que “podrían obstaculizar el acceso de determinados operadores al puerto”. Hasta un mes antes, el 30 de noviembre, se han renovado las autorizaciones para ocupar las plazas de aparcamiento, que ya se otorgan teniendo preferencia los vehículos menos contaminantes. Con anterioridad, la asignación de las plazas de aparcamiento era uno de los incentivos contemplados en el Proatrans que estaba ligado a la obtención de un determinado tipo de autorización en función de la flota mínima exigida.
Precisamente, el plan de incentivos es uno de los aspectos más cuestionados por Competencia. Para sortear la que podría ser millonaria multa del organismo supervisor, la Autoridad Portuaria eliminó el plan de incentivos, así como los diferentes tipos de autorizaciones que había, reduciéndolas a dos, una genérica, para los transportistas que trabajan habitualmente en la dársena, y una específica destinada a las operaciones que son esporádicas. El puerto de Barcelona suprimió el Forum del Transporte a finales del pasado año.