La dársena catalana cierra el primer semestre con un retroceso del 10,6% de los tráficos, sobre todo por los flujos de transbordo de contenedores y graneles líquidos, aunque logra incrementar el 5% los ingresos.
El puerto de Barcelona ha seguido la tendencia a la baja en general del sistema portuario español y de otros enclaves europeos. La dársena catalana ha cerrado el primer semestre del año con un total de 32,5 millones de toneladas de mercancías movidas, el 10,6 por ciento menos que en el mismo periodo de 2022.
Una caída debida sobre todo al comportamiento de los flujos de transbordo de “contenedores y graneles líquidos”, señaló ayer José Alberto Carbonell, director general de la Autoridad Portuaria. El tráfico global de contenedores, que sumó 1,6 millones de TEUs, tuvo una evolución similar, con una caída del 10,9 por ciento.
En cuanto a contenedores llenos, los volúmenes de exportación retrocedieron el 12 por ciento, debido a la disminución de “los tráficos de alfalfa, la carne de cerdo y el cierre del mercado argelino”, mientras que los de importación bajaron el 3 por ciento y el transbordo registró un saldo negativo del 26 por ciento.
Los graneles líquidos cerraron el primer semestre con un retroceso del 15,8 por ciento, hasta los 6,7 millones de toneladas, sobre todo por el comportamiento de los flujos de transbordo de gasolinas y biocombustibles y por la caída de las importaciones de GNL al estar los tanques llenos. En cambio, los graneles sólidos crecieron el 15,9 por ciento, hasta los 2,71 millones de toneladas, especialmente por las exportaciones de cemento y sal y las importaciones de cereales y harinas.
Barcelona sigue consolidándose como hub de importación de vehículos eléctricos fabricados en China que se redistribuyen a otros mercados europeos desde Barcelona. El tráfico total de vehículos nuevos sumó 410.809 unidades, el 64,8 por ciento más que en primer semestre de 2022.
Las exportaciones crecieron el 33,5 por ciento por las ventas al exterior de prácticamente todas las marcas que exportan a través de la dársena (Volkswagen, Renault, Opel y, sobre todo, Seat). Las importaciones se dispararon el 146,3 por ciento, sobre todo por las vehículos eléctricos fabricados en China, lo que ayudó también al crecimiento del transbordo (+94,3 por ciento). Las previsiones es que este tipo de flujos “siga aumentando”.
La Autoridad Portuaria incrementó el 5 por ciento el volumen de negocio a pesar de bajar los tráficos en este periodo, hasta sumar 92,5 millones de euros. Y ello debido que ha aumentado la superficie concesionada, a la recuperación del tráfico de pasajeros y a que ha retirado por completo los estímulos económicos que implantó a raíz de la pandemia.
El mejor conectado con Corea del Sur
Por otra parte, Lluís Salvadó, presidente de la Autoridad Portuaria, anunció que la dársena catalana se ha convertido en la mejor conectada con Corea del Sur de Europa. Y a ello ha contribuido la puesta en marcha del B2B Logistics Busan Barcelona Hub, un centro logístico para el comercio con el país asiático, ubicado en la ZAL y fruto de la alianza con el puerto de Busan, el principal coreano.
“Desde la inauguración de este hub, las líneas marítimas regulares que tenemos con Corea han ido creciente y en este primer semestre de 2023 nos hemos convertido en el puerto europeo mejor conectado con este mercado, por delante incluso de los puertos del norte de Europa”, señaló Lluís Salvadó. Barcelona inició el año con cuatro servicios marítimos de contenedores directos con Corea. En mayo, entró en servicio la quinta línea marítima y “sumaremos un nuevo servicio en agosto”.
Más información en la edición del 1 de septiembre de Transporte XXI.