El presidente de la Autoridad Portuaria califica de “pésima noticia” el preaviso de huelga de los sindicatos, tras asegurar que “no hay causa objetiva” que justifique esta convocatoria en el actual contexto socio-económico
“El servicio de la estiba en el puerto de Bilbao es muy mejorable”. Así de contundente se mostró el presidente de la Autoridad Portuaria, Ricardo Barkala, que calificó de “pésima noticia” el preaviso de huelga de los sindicatos del sector, en el marco de la presentación del balance de actividad del primer semestre.
Barkala insistió en que “no hay causa objetiva” que justifique esta convocatoria en el actual contexto socio-económico. “No entiendo nada”, confesó.
La huelga, prevista del 8 al 28 de agosto (nuevas fechas por un cambio normativo), parando una hora cada dos, “empeora la situación de un servicio que ya era cuestionado en su eficiencia”, señaló el máximo responsable del organismo portuario. “Estamos de los últimos del ranking en cuanto a competitividad y buen servicio”, lamentó Barkala, tras poner el acento en que “nos está costando muchísimo mantener los tráficos, y no digo nada ya sobre atraer nuevos”.
La respuesta de las empresas estibadoras, avanzada ayer por este periódico, fue igual de contundente. La Asociación de Consignatarios de Buques y Estibadores del Puerto de Bilbao (ACBE), que preside Virginia Navarro, emitió un duro comunicado en el que aseguraba que los sindicatos de la estiba “vulneran flagrantemente la ley y someten al puerto de Bilbao a unas restricciones inaceptables que no se producen en ningún otro puerto de España”.
Caída de actividad
Así las cosas, las previsiones de cierre de ejercicio no son optimistas. La Autoridad Portuaria espera acabar el año con una caída de la actividad del 11 por ciento, “teniendo en cuenta todas las incertidumbres que tenemos en el horizonte”, según avanzó Barkala a preguntas de TRANSPORTE XXI.
De momento, el Puerto de Bilbao terminó el mes de junio con cerca de 16,4 millones de toneladas y un descenso contenido del 6,8 por ciento, lo que representa una pérdida acumulada de 1,2 millones de toneladas en el primer semestre de este año, marcado por la crisis del Covid-19.
Según su forma de presentación, los graneles líquidos, que suponen casi el 60 por ciento del tráfico total del puerto de Bilbao, registraron un descenso del 2 por ciento, con un movimiento de cerca de 9,8 millones de toneladas hasta junio. Unas 205.000 toneladas menos, al encontrarse parada una de las líneas de refino de Petronor por la falta de demanda, lo que provocó una fuerte caída del crudo y el fuel pesado. En el lado positivo, el tráfico de gas, que no solo consolida el movimiento récord del pasado año, sino que crece un 21 por ciento y alcanza la cifra de 2,2 millones de toneladas en el semestre.
Los graneles sólidos fueron los que más retrocedieron (-16 por ciento), debido, principalmente, a la caída en la exportación de cemento y clínker, minerales no metálicos, chatarras y habas de soja, según indicaron desde la entidad.
La mercancía general también cayó, en concreto, un 11 por ciento, siendo la carga en contenedor la principal causante de este descenso con 434.000 toneladas y 39.700 TEUs menos. La mercancía general convencional, por su parte, disminuyó un 9 por ciento en el período analizado.
A pesar del descenso de la actividad, la Autoridad Portuaria mantendrá su plan inversor para el desarrollo de nuevos proyectos, por un valor que rondará los 67 millones de euros, como ya adelantó este periódico.
Por último, en cuanto a las medidas estructurales, recogidas en el Plan Estratégico 2018-2022, y las coyunturales de apoyo económico a la comunidad portuaria para paliar el impacto de la pandemia, la Autoridad Portuaria realizará este año una reducción de tasas de hasta 9,65 millones de euros y retrasará cobros por 54,8 millones de euros.