El pasado 10 de junio, tras la ruptura del ‘pacto portuario’ PSOE-PP, el agrio enfrentamiento entre Puertos del Estado y la Autoridad Portuaria de A Coruña por la financiación del puerto exterior subía de tono y dejaba en el aire la continuidad de una obra ‘faraónica’, que se ha convertido en un saco sin fondo. Sin embargo, sólo dos semanas después, el ministro de Fomento, José Blanco, zanjaba la polémica tras avanzar la concesión de un crédito de 250 millones a la dársena coruñesa durante su ‘peregrinar’ por Galicia, de inauguración en inauguración.
El anuncio ha dejado al pie de los caballos al presidente del ente público, Fernando González Laxe, que en plena batalla dialéctica con el presidente del puerto de A Coruña, Enrique Losada, llegó a denunciar la “falta de transparencia” de la dársena gallega y recordó que podía acudir al mercado de capitales para buscar financiación. Eso sí, reiterando su compromiso de gestionar un crédito, que en ese momento se encontraba ya en fase de tramitación.
Al final, el arma arrojadiza que utilizó el Ejecutivo de Zapatero contra el puerto de A Coruña, que se convirtió en el pagano de los platos rotos de la ruptura del ‘consenso portuario’, ha vuelto como un boomerang a su punto de origen y le ha estallado finalmente a Laxe en las manos. Vamos, que ‘donde dije digo, digo Diego’, por mucho que se intenten poner ahora paños calientes a la desautorización del ministro Blanco a Laxe, que tras dar luz verde al rescate financiero del puerto de A Coruña destacó el “particular empeño” del presidente del organismo portuario en concluir la obra con el “máximo rigor” técnico y presupuestario.
Así las cosas, el debate vuelve a centrarse en la necesidad o no de la ejecución de esta obra, junto a otro puerto exterior en Ferrol, cuyo coste que se ha disparado por encima de los 750 millones, casi el doble de lo previsto, y que se desarrolla en una zona muy castigada por los temporales, que siguen pasando factura.
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