La mano derecha de Zapatero quiere arrebatársela a Fomento, que responde anulando de un día para otro un congreso internacional en la materia que patrocinaba en Cádiz.
La ministra de Fomento, Magdalena Alvarez, y la vicepresidenta Fernández de la Vega están protagonizando un fuerte enfrentamiento a propósito de quién manda en la sociedad pública Salvamento Marítimo. Alvarez asegura que la empresa seguirá bajo su tutela mientras la vicepresidenta quiere traspasarla a Medio Marino
Las relaciones entre la vicepresidenta Fernández de la Vega y la ministra Alvarez bajan muy turbias con motivo de qué cartera manda sobre la pública Salvamento Marítimo (Sasemar). A día hoy, esta sociedad, que emplea a 1.500 trabajadores, continúa bajo el paraguas del Ministerio de Fomento a través de la Dirección General de la Marina Mercante. Sin embargo, tras las elecciones del 14-M, el Gobierno de Zapatero abrió una incertidumbre sobre el futuro de Salvamento Marítimo que todavía hoy no ha sido despejada. El primer Real Decreto de esta legislatura, publicado el pasado 14 de abril, dice que el nuevo Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino “asumirá las competencias (…) que hasta ahora desarrolla el Ministerio de Fomento en materia de protección en el mar”, es decir, Salvamento Marítimo.
En su comparecencia en el Congreso del pasado 5 de junio, la ministra Magdalena Alvarez dejó claro que “por supuesto, Salvamento Marítimo sigue dependiendo de Fomento, si no yo no me hubiera atrevido a dar ningún dato (en el Parlamento)”. Sin embargo, más allá de estas palabras, lo cierto es que Fomento no ha publicado el nuevo organigrama de la cartera, que tiene que pasar por el Consejo de Ministros, y que el enfrentamiento entre la ministra de la Presidencia, María Teresa Fernández de la Vega, y la ministra de Fomento, Magdalena Alvarez, dos personalidades con un carácter muy fuerte, a propósito del futuro Salvamento Marítimo se ha cobrado su primera pieza.
A sólo diez días de su celebración, la ministra de Fomento decidió suspender el Congreso Nacional del Salvamento en la Mar, que estaba previsto celebrar del 4 al 7 de junio en Cádiz, y trasladarlo del 2 al 4 de octubre. “Los hoteles y los billetes de los aviones estaban reservados, iban a venir 200 congresistas, 40 ponentes, muchos procedentes del extranjero, además de personalidades de la Organización Marítima Internacional (OMI). Todo esto se aplazó de la noche a la mañana”, aseguran fuentes solventes. Y la razón no es otra que “la bronca que hay entre la vicepresidenta, que defiende que Salvamento Marítimo vaya a Medio Ambiente, y la ministra de Fomento, que no está dispuesta a soltar la empresa pública”. Otros medios consultados dulcifican la decisión de la ministra de aplazar el citado congreso.
“Parece bastante claro que Salvamento Marítimo se va a quedar en Fomento y la ministra no ha querido organizar un congreso de este nivel para escarnio del perdedor”, es decir, de la vicepresidenta De la Vega. Lo cierto es que la intención de la ministra de Presidencia de traspasar Sasemar al Ministerio de Medio Ambiente, que comanda Elena Espinosa, es muy complicada porque supone abrir la caja de los truenos, cual es la Ley de Puertos y de la Marina Mercante, que dice que la pública depende de Fomento y que el presidente de Salvamento Marítimo es el director general de la Marina Mercante.
Es decir, para sacar adelante la pretensión de la vicepresidenta es necesario aprobar en el Parlamento la modificación de la Ley de Puertos, algo que ya fue imposible en la pasada legislatura y que tampoco se presenta fácil en la actual. El Cepreco La cartera de Fernández de la Vega es la única que se ha sacrificado a la hora de dar contenido al nuevo departamento de Medio Marino, ya que ha traspasado los recursos del Centro para la Prevención y Lucha contra la Contaminación Marítima y del Litoral (Cepreco), la antigua oficina de seguimiento del accidente del “Prestige”, dependiente hasta ahora de su departamento, a la nueva cartera de Elena Espinosa.
El enfrentamiento entre la vicepresidente Primera y la ministra de Fomento va aún más lejos, ya que Magdalena Alvarez quiere estructurar su departamento en tres Secretarías de Estado, pero Fernández de la Vega sólo admite dos. Tal como se puede observar en el organigrama adjunto, Fomento, tras el Real Decreto del pasado 12 de abril, tiene dos secretarías de Estado, una de Planificación en manos de Victor Morlán y otra de Infraestructuras en manos de Josefina Cruz.
Pero la ministra de Fomento quiere convertir la actual secretaría general de Transportes que comanda Fernando Palao en Secretaría de Estado, aunque no cuenta con el apoyo de la vicepresidenta. La conversión de secretaría general de Transportes de Fernando Palao, ahora con rango de subsecretaría, en secretaría de Estado no es baladí, ya que esta última es el segundo escalón jerárquico después del ministro y puede estar presente en la comisiones delegadas del Gobierno o en los Consejos de Ministros de Bruselas.