Los puertos españoles, que empezaron a notar los efectos de la crisis del Covid-19 en marzo, cerraron los dos primeros meses del año con un recorte de la actividad del 1,2% debido al desplome de los graneles sólidos.
Los puertos españoles, que mantienen su actividad con aparente normalidad para garantizar el transporte de mercancías, declarado “servicio esencial” durante la emergencia sanitaria, continúan con la tendencia negativa de los últimos meses.
Las 28 autoridades portuarias movieron 43,2 millones de toneladas en febrero, sin incluir tráfico local, pesca y avituallamiento, lo que supone una caída del 0,9 por ciento con respecto al mismo mes del año anterior. Eso sí, un descenso menos acusado, justo la mitad, que el registrado en enero, según el último informe publicado por Puertos del Estado.
En el acumulado anual, el recorte del tráfico se sitúa en el 1,2 por ciento, con un movimiento de 88,3 millones de toneladas. Es decir, el sistema portuario español ha perdido más de un millón de toneladas en dos meses. Un dato “preocupante”, reiteraron a este periódico fuentes del sector, teniendo en cuenta que la evolución no recoge aún el impacto de la pandemia. El propio organismo público, que preside Francisco Toledo, advierte, a través de una nota, que “la crisis del coronavirus se dejará notar en las estadísticas de marzo y siguientes”. De hecho, la secretaria general de Transportes, María José Rallo del Olmo, ya adelantó recientemente que las cuatro principales autoridades portuarias -Algeciras, Valencia, Barcelona y Bilbao- perdieron cerca de una cuarta parte del tráfico durante el pasado mes como consecuencia de la expansión del Covid-19.
La estadística de Puertos del Estado revela que la descarbonización del modelo energético en España para alcanzar el objetivo de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero marcado por la UE sigue pasando una gruesa factura en la evolución del tráfico portuario.
El buen comportamiento de la mercancía general, que aumentó un 3,8 por ciento hasta febrero, y de los graneles líquidos, un 2,8 por ciento más, no logró compensar el desplome de los graneles sólidos, que acumulan un recorte del 21 por ciento en los dos primeros meses de este año, debido, fundamentalmente, a la caída de productos energéticos como el carbón o el mineral de hierro.
El tráfico de contenedores tampoco ha logrado enderezar el rumbo. Los puertos españoles movieron cerca de 2,8 millones de TEUs entre enero y febrero, lo que supone un recorte del 1,4 por ciento. La mayor caída corresponde a los flujos de importación y exportación, un 4,1 por ciento menos, mientras que el transbordo, que representa el 55 por ciento del tráfico de contenedores, registró un leve descenso del 0,8 por ciento.
Al frente de la clasificación por tráfico de mercancías se mantiene el puerto de Algeciras, con 19,3 millones de toneladas hasta febrero y un crecimiento del 16,4 por ciento, que contrasta con la inercia negativa del conjunto del sistema portuario nacional. Por su parte, el puerto de Valencia, segundo del ranking con 12,3 millones de toneladas durante los dos primeros meses del año (-0,4 por ciento), recupera el liderazgo en el negocio del contenedor, con 867.852 TEUs (-2,4 por ciento), seguido muy de cerca de Algeciras, con 867.804 TEUs (+9,3 por ciento).