Al contrario de lo que opinan los armadores, los fletadores y las navieras, los cargadores y los transitarios están convencidos de que las tarifas del mercado spot (y sin duda también las de los contratos de servicio) seguirán aumentando. Esta hipótesis encuentra confirmación en el último estudio realizado por Danske Bank sobre la evolución de las tarifas en las rutas entre Asia y Europa, y que recoge en sus páginas el diario belga ‘Le Lloyd’.
Según el barómetro del banco escandinavo, instrumento reconocido por toda la industria del transporte marítimo, el precio de transporte de un contenedor de 20 pies en las rutas entre Asia y Europa es actualmente de 1.711 dólares, lo que representa un aumento del 4 por ciento con respecto al precio medio registrado en enero (y que ya superaba en un 13 por ciento la media registrada en diciembre de 2009). Las empresas participantes en el estudio de mercado de Danske Bank pronostican que las tarifas se acercarán a los 2.000 dólares por TEU a lo largo del año.
Por su parte, Philippe Damas, consultor de la firma británica Drewry Shipping Consulting, señala que las tarifas crecerán un 15 por ciento en 2010 con respecto a 2009. Sin embargo, Damas sólo aprecia un crecimiento potencial limitado en el mercado spot. De hecho, Dominik Tichelkamp, directivo de Panalpina, ha declarado al diario alemán especializado ‘DVZ’ que las tarifas spot se acercan rápidamente a su límite máximo. Tichekamp defiende que en realidad la única explicación válida para el aumento de las tarifas es la limitación voluntaria de la oferta de capacidad por parte de los armadores.
“Los armadores por fin han aprendido cuán eficaz es la reducción de la capacidad”, precisa el ejecutivo de la empresa transitaria suiza. Finalmente, Wolfgang Dräger, de DB Schenker, defiende que la oferta del mercado spot se ha visto muy restringida desde principios de año, y además los armadores eligen las cargas más rentables: “las navieras prefieren dejar contenedores en el puerto antes que organizar salidas adicionales”. La cuestión está en saber si los armadores podrán resistirse a la tentación de dejar sus barcos en el muelle.