CAT Logística Cargo desarrolló hace unos meses un proyecto piloto de implantación de tecnología RFID en un proceso de distribución de piezas de recambio. El test desarrollado por el operador logístico se extendió por un período de tres meses, según fuentes de la compañía, y comprendía desde la preparación de mercancía hasta la entrega en concesionarios. El proyecto afectaba a cuatro rutas de transporte y estaba circunscrito a dos regiones españolas.
Entre las conclusiones más positivas del proyecto, se encuentran que la tecnología RFID ofreció una fiabilidad en lectura cercana al cien por cien, se consiguió una trazabilidad absoluta de todo el proceso, los clientes finales tuvieron percepción de un incremento de servicio y se produjo una reducción de incidencias durante el proceso. Por su parte, en el aspecto negativo cabe citar que para la implantación de RFID se hace necesario que afecte a toda la cadena logística, con imposibilidad de hacerlo por zonas o aspectos, así como que los beneficios económicos resultantes del proyecto no son tan evidentes, lo que precisaría de una segunda experiencia piloto.
La conclusión final del proyecto piloto de RFID fue que la evaluación era válida, pero no es la más adecuada para algunos tipos de mercancías. Los responsables de la prueba consideran que la RFID sí es válida para la gran distribución, aunque a día de hoy esta tecnología no está madura al cien por cien, ya que, además, los costes de las herramientas necesarias cambian de un mes para otro, lo que dificulta la valoración de costes.