TIE, integrada por Cimalsa y el Puerto de Barcelona, y a la que se sumará el Puerto de Tarragona, será la sociedad patrimonial para desarrollar los proyectos.
Cimalsa, empresa pública de la Generalitat, ha elaborado el Plan Estratégico de Terminales Intermodales en Cataluña, que cuenta con una subvención de un millón de euros del Banco Europeo de Inversiones (BEI), a través del European PPP Expertise Centre’s (EPEC). La ayuda va destinada a la realización de un estudio, en un plazo de 15 meses, que determinará qué proyectos de las cuatro terminales ferroviarias incluidas en el plan están más maduros y, por lo tanto, son prioritarios.
Es más, la implicación del BEI “nos abre la puerta a tener financiación (del organismo financiero de la UE) para construir las terminales si lo consideramos oportuno”, señala Isaac Albert, presidente y consejero delegado de Cimalsa, empresa pública que promueve centros de transporte y plataformas intermodales. Además, “nos da credibilidad y nos valida para gestionar y elaborar proyectos público-privados”.
El Plan Estratégico de Terminales “es realista y tiene sentido porque vamos de la mano de los puertos de Barcelona y Tarragona, por donde entran más del 80 por ciento de las mercancías”. Dos de las terminales, Plana de Lleida (Lleida) y Terres de l’Ebre (Tarragona), están más vinculadas a tráficos del puerto de Tarragona y las otras dos, Vilamalla-Empordà (Girona) y Penedès (entre Barcelona y Tarragona), a la dársena de la capital catalana.
El objetivo de Cimalsa es que las terminales sean de titularidad pública con una gestión público-privada, tanto para tráfico marítimo como exclusivamente terrestre. Cimalsa (55 por ciento) y Puerto de Barcelona (45 por ciento) crearon en su día Terminal Intermodal Empordà (TIE) para desarrollar la terminal de Vilamalla, que es una de las cuatro que están incluidas en el plan estratégico.
En un primer paso, TIE ha pasado a denominarse Terminals Intermodals Estratègiques, manteniendo las siglas. El siguiente paso será la entrada de la Autoridad Portuaria de Tarragona en el accionariado. Para el desarrollo del proyecto, TIE “será la sociedad patrimonial y cada terminal tendrá una sociedad gestora integrada por TIE y agentes del territorio, económicos y sociales”, añade Isaac Albert.
El proyecto más avanzado, y con diferencia, es la terminal Vilamalla-Empordà, junto a la frontera con Francia, que está incluida en el Corredor Mediterráneo. La terminal ya está construida, aunque en desuso. Adif licitará próximamente las obras para que el UIC llegue a la terminal, que tiene ancho ibérico. Cimalsa hará lo propio con otras mejoras en el interior para ampliar la instalación. Para esta terminal, “hay numerosa demanda de los sectores cárnico y de automoción”. En su día, mostraron públicamente interés por la terminal empresas como VIIA y Tradisa. El proyecto de Cimalsa contempla, además, una segunda terminal ferroviaria en la misma zona, en la segunda fase de Logis Empordà, proyecto pendiente de aprobar el PDU (Plan Director Urbanístico).
La terminal La Plana de Lleida, dibujada en el estratégico corredor Barcelona-Zaragoza-Madrid en ancho ibérico, es demandada sobre todo por el potente sector agroalimentario. En este caso, Cimalsa ha adjudicado los estudios informativos de movilidad e impacto ambiental.
En cuanto a la terminal Terres de l’Ebre, Cimalsa tiene pendiente de adjudicar los servicios de asistencia técnica para la redacción de los estudios de impacto ambiental y de movilidad, así como del estudio informativo para desarrollar el proyecto. En este caso, aunque la demanda es menor que en otras terminales, está instalada en la zona la multinacional Kronospan, interesada en subir al tren, que “puede servir de vector”. Además, es una instalación “que podría ser estratégica como autopista ferroviaria hacia Europa”. La terminal del Penedès responde a la apuesta del puerto de Barcelona por la intermodalidad.
Aunque Vilamalla es la primera susceptible de ser una realidad, “la de Lleida cuenta con una fuerte demanda del sector del cereal”. La de Terres de l’Ebre “es estratégica para el territorio y tiene una empresa vectora” y la del Penedès se justifica por sí misma por “las necesidades del puerto de Barcelona”. En los tres proyectos, será necesaria la participación del Adif para la conexión de las terminales con la red general.