Moverá 14.560 palets anuales de un preparado de soja hasta el puerto de Gijón vía Rotterdam, tras subir al ferrocarril en Francia.
Central Lechera Asturiana abre un corredor multimodal en Europa para un tráfico de importación de soja desde Francia, que tradicionalmente realizaba por carretera. La cargadora moverá 14.560 palets anuales desde la planta francesa de Sojinal en Issenheim hasta el puerto de Gijón vía Rotterdam, tras subir al tren en Estrasburgo.
Corporación Alimentaria Peñasanta (Capsa), propietaria de Central Lechera Asturiana, acaba de abrir un corredor multimodal para un tráfico de importación de soja desde Francia, que tradicionalmente realizaba por carretera. La nueva ruta, que ha puesto en marcha con la colaboración de la naviera K Line y el puerto de Gijón, tiene su origen en la planta francesa de la empresa Sojinal, en Issenheim, que produce un preparado de soja que comercializa Capsa. Los camiones cargan el producto, envasado y paletizado, con destino a la localidad francesa de Estrasburgo, a 100 kilómetros de distancia.
Desde este punto, la mercancía se transporta por tren hasta el puerto de Rotterdam, a unos 570 kilómetros, para su posterior embarque a Gijón (ver gráfico adjunto). La empresa espera mover 582 contenedores al año a través de este nuevo circuito multimodal. En total, 14.560 palets, lo que equivale a 520 camiones, según avanzaron a este periódico fuentes de la cargadora. Una cifra que representa, aproximadamente, el 80 por ciento de los vehículos pesados que utiliza para aprovisionar Asturias. De momento, Capsa ha bajado en pruebas cinco contenedores. Uno de 40 pies para 25 europalets y cuatro de 40 pies para 30 europalets.
La empresa prefiere estos últimos, al tener más capacidad. Sin embargo, las navieras tienen poco equipo de este tipo, ya que no es el estándar marítimo. La previsión es cargar ocho contenedores, cuatro de cada tipo, todas las semanas. En cuanto a la duración del viaje, las mismas fuentes reconocieron que “el camión es mucho más rápido”, con un tiempo de tránsito de dos días, frente al nuevo circuito, que tarda una semana.
No obstante, destacaron que “se trata de un producto con mucha caducidad, con stocks de seguridad altos”, que permiten este recorrido. “Estamos tan acostumbrados a intentar reducir los tiempos de tránsito, que en ocasiones se pagan peajes innecesarios en productos que no necesitan ser tan rápidos”, apuntaron. Respecto a los costes, la compañía señaló que “la tarifa es muy similar”, pero insistió en que espera que “a futuro permanecerá mucho más estable que la carretera”.
Además, la distribución del producto, una vez que entra en la planta asturiana de Capsa, se realiza con su logística, combinada con la leche, lo que permite optimizar los costes, añadieron los mismos interlocutores. Al mismo tiempo, subrayaron que la apuesta por este corredor intermodal permite a Capsa posicionarse como “empresa comprometida con la reducción de emisiones contaminantes, utilizando un transporte más sostenible”.
La empresa cargadora, en este sentido, calcula que con la utilización del ferrocarril y el barco para este tráfico de importación de soja, que requiere un movimiento de 520 camiones, se dejan de emitir 1.055 toneladas de CO2. La apuesta de la compañía por el intermodal no es nueva. La cargadora utiliza el tren para la distribución nacional en largas distancias, lo que viene a ser el 10 por ciento de sus expediciones, y ha realizado varios embarques para analizar la competitividad del short sea.