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China, principal escollo de la ‘mega’ alianza de las navieras Maersk, MSC y CMA-CGM

Los reguladores antimonopolio de EEUU y de la UE podrían dar luz verde a la P3, integrada por los tres gigantes de la industria del transporte marítimo de contenedores.

El organismo antimonopolio de Pekín se presenta como el principal obstáculo de la ‘mega’ alianza de las navieras Maersk, MSC y CMACGM, conocida como P3. Los reguladores de EEUU y de la UE podrían dar luz verde “sin problemas” a los acuerdos formalizados por los tres gigantes de la industria del transporte marítimo de contenedores

La alianza P3, que agrupa a las tres mayores compañías marítimas globales de transporte de contenedores, Maersk, MSC y CMA-CGM, probablemente capeará sin dificultades los organismos reguladores europeo y norteamericano. Sin embargo, no está claro qué tendrá en mente China, según recoge la publicación Journal of Commerce. La Comisión Federal Marítima de EEUU no ha fallado anteriormente nunca contra ningún acuerdo para compartir buques, según apunta Ashley Craig, adjunto del International Trade Group en Venable, una firma jurídica con sede en Washington. A pesar del reciente historial favorable por parte de la agencia federal, algunas voces discuten que la alianza P3 aún podría ser bloqueada por parte de las autoridades reguladoras.

El presidente de la Comisión Federal Marítima, Mario Cordero, aseguró que la naturaleza de las alianzas para compartir buques está “evolucionando”, lo que le llevó a invitar a sus homólogos europeos y chinos a una reunión de reguladores en Washington. El encuentro, que tuvo lugar el 18 de diciembre, permitió abordar el potencial impacto de las alianzas entre compañías navieras y los acuerdos para compartir buques. “Actualemnte, 13 de las principales 20 navieras se encuentran asociadas en alguna forma de alianza”, afirmó Cordero. “La cuestión es cómo afectarán estas alianzas y acuerdos al transporte marítimo internacional”, añadió. Los acuerdos para compartir buques se han vuelto más integrados en los últimos años, agrupando diversas cargas, rotaciones de puertos y líneas de servicios, de acuerdo al análisis efectuado.

La alianza G6 por parte de APL, Hapag-Lloyd, Hyundai Merchant Marine, Mol, Nyk Line y OOCL son los últimos ejemplos de navieras que prevén una mayor integración en acuerdos para compartir buques. A principios de diciembre, el grupo anunció sus planes para expandirse en las rutas transatlántica y la ruta entre Asia y la Costa Oeste de los EEUU, a fin de competir con la alianza P3. En lugar de prever injerencias contra la alianza P3, el escenario más probable es que la Comisión Federal Marítima proponga que las navieras que forman parte de esta alianza provean mayor transparencia para los reguladores y para el sector marítimo de cara al tira y afloja con las compañías competidoras y la propia Comisión antes de que la alianza sea efectiva, según apuntó Craig.

Esto parece que ya está ocurriendo, teniendo en cuenta que la Comisión requirió a principios de diciembre información adicional por parte de la alianza P3. Al cierre de esta edición, las navieras no habían respondido aún a este requerimiento, según informó Karen Gregory, secretario de la agencia. La aproximación regulatoria es muy diferente en Europa. “No existe una fecha prefijada (para que las autoridades comunitarias decidan desbloquear el acuerdo) porque en la UE la alianza P3 no se considerá una fusión propiamente dicha”, según apuntó durante la reunión de reguladores a tres bandas Hubert de Broca, director general de la Competencia de la Comisión Europea de la unidad antitrust de transporte, postal y otros servicios. Si los reguladores europeos determinan en algún momento que la alianza P3 viola el artículo 101 del Tratado de funcionamiento de la UE, en ese caso emitirán un escrito de objeciones, apuntó Broca.

En ese caso, la alianza P3 debería responder con argumentos. La UE disolvería el consorcio si los argumentos no alteraran su opinión y, probablemente, a este proceso le seguirían multas. Sin embargo, Broca insistió en que tal vía aún resultaba hipotética. “Nos encontramos lejos de una situación en que nos planteásemos realizar objeciones contra la alianza P3”, afirmó. La Unión Europea, añadió, está ahora recogiendo información por parte de las navieras P3 y sus grupos de interés “para ver si existen preocupaciones que pudiesen conducir a una investigación”.

La incertidumbre más inmediata es cómo responderán las autoridades regulatorias chinas. En sus comentarios frente a la Comisión, Beverly Altimore, la directora ejecutiva de la Asociación de Navieras de EEUU elevó sus dudas respecto a la posibilidad de que China autorice la alianza, puesto que ninguna naviera china está involucrada. Dado que el país es “bien conocido” por exigir tener conexiones en China a la hora de hacer negocios en el país”, apuntó. Si se aprueba la alianza P3, Cosco y China Shipping verán sus cuotas de mercado en China caer desde el 60 por ciento hasta el 10 por ciento, dijo Cai Jiaxiang, vicepresidente de la Asociación de Navieras de China. Actualmente, ambas navieras chinas están sufriendo acusadas pérdidas y dificultades financieras.

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