La terminal incrementa su superficie en 62,4 hectáreas y tiene 130 empresas instaladas.
Clasa culminará la ampliación del centro de carga del aeropuerto de El Prat, que se inició a finales de 1998, durante el primer semestre de 2010. La filial de Aena ha comenzado las obras de urbanización de la tercera y última fase, que paralelamente comercializa. La terminal crece en total 62,4 hectáreas y cuenta con 130 empresas que se han instalado
Clasa finalizará la ampliación del centro de carga del aeropuerto de Barcelona durante el primer semestre de 2010. Se tratan de las últimas 10,6 hectáreas y sus correspondientes viales, cuya urbanización ha iniciado la filial para la carga aérea de Aena. Concluirá así un proyecto que arrancó hace once años. Cuando culmine la ampliación, el aeropuerto de El Prat estará preparado, según se señaló en su día, para manipular 500.000 toneladas de mercancías al año (movió 111.087 toneladas en 2008). Quedará pendiente el nuevo Punto de Inspección Fronterizo, obra que depende de Aena. La ampliación de la terminal de carga supone crecer en 62,4 hectáreas y contar con 130 empresas -sin incluir las que se instalarán en la fase que queda pendiente-, prácticamente el doble de superficie y de operadores que a finales de 1998, cuando empezaron las obras.
La primera fase, de 39 hectáreas, está comercializada y ocupada. La segunda, de 12,8 hectáreas, también está comercializada, aunque no completamente ocupada. Sin esperar a que concluya la urbanización de la tercera y última fase, de 10,6 hectáreas, Clasa ya ha iniciado la comercialización de esta última pastilla de terreno, de primera línea para la instalación de un operador de handling (que sería el quinto) o un integrador (el cuarto) y de segunda y tercera línea para un número indeterminado, según la superficie que ocupen, de operadores logísticos y transitarios. Hasta la fecha, las obras realizadas han supuesto una inversión de unos 100 millones de euros.
Clasa construye y alquila las naves de primera línea para mantener un control y asegurar la competencia en un servicio esencial para la actividad aeroportuaria como es el handling. Para la segunda y tercera línea, la filial de Aena cede el derecho de edificación a las empresas que se instalan. “En estos momentos de crisis, lo importante es tener capacidad y estar preparados para cuando la situación mejore”, señala Joan Ferràndiz, delegado de Clasa en Barcelona. El Prat ha perdido casi el 19 por ciento del tráfico de carga hasta junio. A diferencia de Barajas, poca carga se mueve en las bodegas de los aviones de pasajeros que aterrizan y despegan de El Prat.
Casi el 70 por ciento de la mercancía que pasa por la instalación catalana viaja en cargueros, bien de integradores, bien de aerolíneas exclusivamente de carga. Y ello se debe a que Barcelona no es un hub como Madrid, y en aviones pequeños la mercancía es un producto que, en ocasiones, ni se comercializa. La flamante nueva terminal T-1 afectará a la carga “en la medida que atraiga más vuelos de pasajeros de grandes distancias, con lo que se incrementará la oferta en bodega”, añade Ferràndiz.