El nuevo organigrama de Aena Aeropuertos relega a su filial, que antes reportaba al presidente de la matriz, a depender de la dirección Comercial y de Gestión Inmobiliaria.
Clasa refuerza más su función de gestor inmobiliario al reportar a la dirección de Servicios Comerciales y Gestión Inmobiliaria en la nueva estructura de Aena Aeropuertos, mientras que en la anterior rendía cuentas al presidente de la matriz. La gran damnificada puede ser su otra actividad, la promoción de la carga y el apoyo al sector.
La remodelación interna de Aena Aeropuertos Sociedad Anónima, que ha llevado a cabo su responsable, José Manuel Vargas, supone que Clasa reporta desde el 1 de marzo a la dirección de Servicios Comerciales y Gestión Inmobiliaria, según el gestor aeroportuario. En la anterior estructura, Clasa rendía cuentas directamente a José Manuel Vargas y, antes del cambio en la Moncloa, a su antecesor en el cargo, Juan Lema.
El área comercial ya existía en el organigrama anterior, pero con menos peso. José Manuel Fernández Bosch, ligado anteriormente a la consultora The Boston Consulting Group, es el responsable de la reforzada dirección. Los operadores consultados por este periódico valoran negativamente el cambio porque, argumentan, hay riesgo de que Clasa, participada al 100 por 100 por Aena Aeropuertos, se olvide de promover el negocio de la carga para centrarse exclusivamente en su papel de gestor inmobiliario, las dos actividades para las que fue creada.
Y no es difícil que ocurra a tenor de las estrecheces presupuestarias del momento y de los más de 14.900 millones de euros de deuda que, según Ana Pastor, acumula el operador aeroportuario. La propia Aena asegura que la nueva estructura pretende “potenciar las actividades comerciales e incrementar los ingresos que provienen de las mismas, dando especial relevancia al desarrollo de la gestión inmobiliaria”.
“Siempre hemos apostado desde el sector por un papel de Clasa más empujando el negocio de la carga y menos como casera. Con el tiempo, ha ido evolucionando más hacia la función inmobiliaria y, ahora, se apuntala todavía más en esa dirección”, señala un experto. Una transitaria va más allá, “supondrá definitivamente la muerte de lo que habíamos entendido como doble función de Clasa, la gestión de la infraestructura y lo que se nos vendió como su papel de formar parte de la industria de la carga y de apoyo al sector”.
“Acabará siendo exclusivamente un proveedor de servicios inmobiliarios”, añade. El papel más casero de Clasa no se remonta a los últimos tiempos, “siempre ha ejercido como promotor inmobiliario con la diferencia de que no puedes negociar los precios porque te contesta que los pone el BOE”, señala el directivo de una aerolínea extranjera que lleva años operando en España.
Clasa “nunca ha aportado valor añadido relevante en la promoción de la carga”, señala el directivo. Para el Foro Madcargo, todavía es precipitado valorar el alcance de la medida, “sabemos que funcionalmente depende de la dirección de Servicios Comerciales y Gestión Inmobiliaria y apostamos porque la carga aérea sea un departamento diferenciado para que Aena tuviera más en cuenta esta actividad en su estrategia general”. Sin embargo, “todavía es pronto para valorar el alcance porque no sabemos cuál es el modelo de Aena y cómo quedará jerárquicamente Clasa”, puntualizan desde la asociación.
Tanto Clasa como Aena Aeropuertos declinaron pronunciarse al respecto. Clasa inició su actividad en 1994 en el centro de carga de Barajas. Cuatro años después, en 1998, aterrizó en El Prat. Además de ambas terminales de carga, también gestiona la del aeropuerto de Valencia. Tuvo unos beneficios consolidados de 4,78 millones de euros en 2010, según recoge la última memoria publicada, el 5,7 por ciento más que en 2009. José Manuel Vargas ha mantenido como director general de Clasa a Jorge del Castillo, que ocupa el cargo desde 2004.
Aena, Renfe, Adif y Puertos del Estado, bajo el mando directo de la ministra
Ana Pastor ha pasado a tener el control directo de las entidades públicas empresariales Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (Aena), Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) y Renfe-Operadora, así como de los entes públicos Puertos del Estado y Autoridades Portuarias en la nueva estructura del Ministerio de Fomento. En el anterior organigrama, Puertos del Estado, Renfe Operadora y Aena dependían de la secretaría general de Transportes, mientras que Adif colgaba de la secretaría general de Infraestructuras.
Se quedan como estaban otras dos entidades públicas empresariales, la sensible Sociedad de Salvamento y Seguridad Marítima (Sasemar), que sigue bajo el paraguas de la dirección general de la Marina Mercante, y Ferrocarriles de Vía Estrecha (FEVE), que depende de la secretaría general de Infraestructuras. En el anterior organigrama, todas la entidades públicas estaban en la misma rama de las direcciones relacionadas, mientras que en la nueva estructura hay más dispersión.
Por ejemplo, Renfe Operadora depende directamente de la ministra, pero FEVE cuelga de la secretaría general de Infraestructuras. Mientras sigue el suspense sobre qué pasará con las privatizaciones de los aeropuertos de El Prat y Barajas, Aena se ha dotado de un nuevo organigrama que consagra la segregación efectiva entre Entidad Pública Empresarial Aena y Aena Aeropuertos S.A., que emprendió el equipo de José Blanco.
La primera se queda exclusivamente con el área de navegación aérea, tras traspasar todos sus activos a Aena Aeropuertos (participada al 100 por 100 por la Entidad Pública Empresarial Aena), lo que supone la gestión de los 47 aeropuertos de la red española y la participación en otros 27 en el mundo. José Manuel Vargas, máximo responsable de Aena Aeropuertos, ha amortizado tres direcciones y crea la de Red de Aeropuertos, que ocupa Fernando Echegaray, anterior director del aeropuerto de Barcelona. La nueva estructura potencia las áreas comerciales y de prestación de servicios. Javier Marín sigue al frente de la dirección general del gestor aeroportuario.
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