La naviera francesa CMA CGM se prepara para ejecutar un plan de reestructuración de servicios cuyo objetivo es ahorrar cerca de 450 millones de euros en 2009. La compañía que dirige Jacques Saadé quiere conservar su tercera posición en el ranking mundial de navieras de contenedores, e incluso salir reforzada de la actual crisis. Para ello, el armador francés cuenta con una ventaja operativa importante: más de las tres cuartas partes de su flota están en régimen de alquiler, y 180 de estos barcos finalizan su contrato de flete este mismo año, por lo que podrán ser devueltos a sus propietarios, o renegociar a la baja sus contratos.
CMA CGM también ha disminuido la velocidad media de sus barcos para reducir costes de combustible, ha hecho campaña para que desciendan las tarifas de los canales de Suez y Panamá, y ha renegociado los contratos con los operadores de terminales de contenedores. Pero la estrategia de la empresa dirigida a invertir en terminales portuarias, a combinar soluciones globales con servicios feeder (a través de filiales como Comanav), a modernizar y aumentar la capacidad de sus barcos (la naviera recibirá 52 nuevas unidades de aquí a 2012), y a adaptar sus tarifas a cada mercado y situación, sigue en pie.
“Esta estrategia debe reforzar la confianza del grupo en sus capacidades para salir de la crisis”, señala Jacques Saadé. CMA CGM cerró el ejercicio 2008 con una cifra de negocios de 10.300 millones de euros, lo que supone un importante aumento con respecto a 2007. Sin embargo, el beneficio neto de la compañía cayó un 87 por ciento con respecto al año pasado, hasta alcanzar los 124 millones de euros. La empresa opera actualmente una flota de 395 barcos, con una capacidad total de transporte de 1.020 millones de TEUs. El año pasado, el volumen transportado fue de 8.880 millones de TEUs.
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