¿Hay activos de capital español atractivos? Hay empresas que llevan años con el cartel de venta.

No puedo entender que la industria y los operadores logísticos no hayan aprendido la lección de esta última crisis.

Lo que sucede en los muelles sigue siendo un mundo oscuro.

Las navieras están navegando con las bodegas repletas, no solo de cajas, sino de beneficios, por lo que hay margen para casi todo

Aquel que aún no trabaja para otro más grande, el que sobrevive con clientes directos, empieza a ser una rara avis en este mercado

En la tracción de tráficos nacionales solo quedan cuatro empresas de capital privado español.

El cargador demanda una solución logística única y los grupos navieros están evolucionando a ser proveedores globales

Se gobierna bajo el colchón del déficit, de la subida de impuestos y de los fondos europeos.

Por muchos trenes que pongan, la última milla siempre será del camión, al que le quedan no más de 20 años para ser ecológico

La terminal norte dejará de ser noticia para todos estos políticos negacionistas de los megapuertos el mismo día que se inaugure

MSC ha priorizado a Valencia para el proyecto más ambicioso, innovador, ecológico y sostenible que ha manejado un puerto europeo

No solo están de los nervios los transportistas.

Suez no puede convertirse en una amenaza para el Mediterráneo, que no puede desperdiciar competir con el norte de Europa

Asistimos a un nuevo episodio de la globalización y la decisión de las navieras de unir sus negocios marítimos en las alianzas

Aunque Maersk estudia desinvertir en terminales no estratégicas, su ambición está en garantizar el control de la cadena de suministro

No queda otra que vacunarse en tierra para que la economía tenga oxígeno para viajar por el mar.

“Si no conseguimos ser globales, tener altos índices de carga y estar digitalizados, las navieras nos engullirán”

Diego Aponte ha destacado de Soft “su comprensión integral del futuro de la cadena de suministro”, todo un aviso para navegantes

Maersk centrifuga todo.

Es hora de empezar, desde Valencia, a generar una marea intermodal para colapsar la infraestructura.