El primero tiene que ver con la frase de que a largo plazo estamos todos muertos; el segundo dice que si no hacemos algo a corto, no tenemos largo plazo; pero entre ambos posicionamientos existen coincidencias: hay que hacer algo y rápido

Deberían de aprender de esa mareona de más de dos millones de españoles que se congregaron en Madrid, más aquellos que lo hicieron y celebraron en otras ciudades y en sus casas, cifras que jamás alcanzará ninguna de sus convocatorias

Todos están buscando en el ‘caso BP’ un culo que patear (que no sea el propio, claro).

El Señor Arroyo ha tenido su espacio para despacharse a gusto, pero sin argumentos.

Con nuestra panderetilla y castañuelas y al trepidante ritmo del pasodoble “Paquito el chocolatero”, presumimos de ser lo que no somos y evitamos el debate sobre lo que efectivamente somos

Se puede no estar de acuerdo con la fiesta nacional, pero que nos quede la “vergüenza torera” de retirar un artículo que ve la luz seis meses después de que la Corte de Apelación de Estados Unidos eche al río la nota de Ignacio Arroyo sobre el “Prestige

Sólo las personas mal informadas piensan que esto va bien.

Años llevamos proponiendo un debate sobre la consideración de nuestro país como estado ribereño, dejando ya de un lado nuestro tradicional encuadre en la industria marítima.

¿Qué hubiera sucedido si Haidar llega en patera perseguida por nuestras fuerzas y entramos en las aguas que Maleni regaló a Gibraltar, en su día? ¡Qué vergüenza de política internacional! No de ahora, de siempre (permítaseme este desahogo)

“La justicia será abundante como el agua, el derecho será como el caudal de un río y en todas las naciones y gobiernos serán elegidos hombres que practiquen la misericordia y sean humildes ante Dios” (I had a dream, Martin Luther King)

Ahora que se defiende la amenaza global del terrorismo en zonas tan distantes de España como Afganistán (por cierto), seguro que la gente entendería mucho más que algún Infante de Marina fuera a bordo de los atuneros nacionales en Somalia