Persigue triplicar actividad logística y llegar al 50% en intermodal.
La transitaria Coma y Ribas pasará de operar básicamente a través de la subcontratación, tanto de almacenes como de vehículos, a contar con medios propios a principios del próximo año. La compañía tendrá una plataforma, de unos 20.000 metros cuadrados de superficie, donde ampliará su oferta de servicios logísticos, que en la actualidad se limita a tareas externalizadas de consolidación y desconsolidación de mercancías.
Además, será la base para algún material propio (chasis, contenedores y cisternas), que ahora subcontrata al completo. “Cambiamos de estrategia como en su día lo hicimos anticipándonos a la Europa sin fronteras”, señala Joaquin Cabané, administrador de Coma y Ribas, en referencia a que a su core business tradicional, el despacho aduanero y la estiba, sumó en la década de los 80 la actividad transitaria. En la actualidad, “no podemos crecer más desde la oficina, necesitamos una base propia y gestionar directamente algunas tareas”, añade el empresario.
El objetivo que persigue Coma y Ribas es lograr triplicar el peso de la actividad logística, que ahora supone un 10 por ciento, y que el transporte intermodal tenga una cuota del 50 por ciento (20 por ciento actual) en un periodo de tres años. Por otra parte, Lavaderos y Cisternas (Lacisa), filial de Coma y Ribas, inicia este mes de marzo las obras de ampliación de sus instalaciones en el muelle de la Energía del puerto de Barcelona.
Lacisa, dedicada al lavado de cisternas y contenedores, invierte 1,3 millones de euros en incrementar en 1.700 metros cuadrados, hasta los 12.700, la concesión, así como en mejorar los accesos. Ganará una quinta pista de lavado con lo que incrementará su capacidad el 20 por ciento, es decir, 10.000 lavados más. “No hemos llegado al límite de capacidad, pero hacemos la ampliación en previsión a que aumente el tráfico de contenedores con la puesta en marcha de la terminal de Tercat en el muelle Prat y de camiones cisterna por la ampliación de capacidad de las terminales de líquidos”.
Casi 90 años
Las familias Coma y Ribas crean en 1924 la sociedad, que en los años 50 pasa a controlar la familia Cabané, ligada a uno de los socios fundadores.
El grupo de transportes francés Charles André se hace con el 74 por ciento de las acciones de Coma y Ribas en 1991, quedando el restante 26 por ciento en manos de la familia Cabané.
Además de la actividad transitaria, es agente de aduanas, consignataria y estibadora de graneles sólidos, sin terminal propia, en el puerto de Barcelona.