Un reciente informe de la Comisión Nacional de la Competencia (CNC) sobre el mercado del transporte de mercancías por ferrocarril en España ha puesto de manifiesto la necesidad de poner punto y final a los privilegios de los que disfruta Renfe respecto a los operadores privados. Competencia se refiere a estas ventajas como “las barreras más dañinas sobre la competencia” en este mercado, “por lo que las recomendaciones dirigidas a paliar esta situación son las que con mayor prioridad deben abordarse”.
Entre las ventajas de las que goza Renfe Operadora se señalan el trato más favorable en la regulación y acceso a las infraestructuras; su disponibilidad de material rodante excedentario, mientras que los demás agentes encuentran dificultades para acceder a material utilizable en España; su posición predominante en el mercado de mantenimiento y reparación de dicho material rodante, donde factura el servicio a sus competidores; así como ventajas institucionales por la financiación pública que recibe y por sus conexiones con el Ministerio de Fomento y con Adif.
En este sentido, Competencia establece una serie de recomendaciones “dirigidas a intensificar el grado de competencia efectiva en el sector” y acabar así con “las ventajas asimétricas de Renfe Operadora”. Entre esas recomendaciones se encuentra la necesidad de reforzar la independencia de la compañía, por lo que “es deseable que Renfe Operadora no esté adscrita al mismo departamento ministerial que Adif”.
E incluso va más allá al insistir en que “en el caso de mantenerse su carácter público, es preferible que Renfe Operadora dependa de otro organismo sin vínculos con el sector ferroviario”. En otras palabras, la Comisión Nacional de la Competencia propone la salida de Renfe del Ministerio de Fomento. Además, el informe considera clave “prohibir la presencia de miembros del Consejo de Administración de Renfe Operadora en Adif o viceversa”, eliminando así el acceso por parte de la empresa pública a “información comercialmente relevante”.
Esto conlleva también una “capacidad de influencia en la toma de decisiones” de la que carecen el resto de los operadores del mercado, lo que les sitúa en desventaja. Además, el informe cree fundamental asegurar la autonomía y suficiencia financiera de Renfe Operadora, de forma que se eliminen las ventajas en términos de financiación que podrían existir respecto a los competidores.
La CNC recuerda que desde 2011, Renfe sólo recibe financiación pública para la actividad de viajeros, por lo que “es necesario garantizar la independencia contable y funcional entre el servicio de viajeros y el de mercancías, para evitar la existencia de subsidios cruzados entre ambas actividades”. El informe recomienda también que las actividades de puesta a disposición de terceros de material ferroviario y de su mantenimiento y reparación no sean controladas, directa ni indirectamente, por Renfe, puesto que, en caso contrario, “pueden aparecer incentivos a valerse de los mismos para dificultar el acceso de sus competidores”.
Con la aplicación de estas medidas se incrementaría la cuota de mercado de los nuevos operadores en España, que según el informe en 2010 se situó en el 8,2 por ciento, muy por detrás de Reino Unido (51,4 por ciento), Alemania (25 por ciento), Italia (24,1 por ciento ) y Francia (20 por ciento).