Más vale tarde que nunca, rectificar es de sabios o donde dije Digo digo Diego. Elijan ustedes. El caso es que Competencia, que archivó en 2008 una denuncia presentada un año antes por la Unión de Operadores de Transporte Combinado (UOTC) contra Renfe por abuso de posición dominante y competencia desleal porque “carecía de contenido”, dice ahora que la pública cuenta con “una posición de privilegio” que puede derivar en estrategias de negocio que “limiten el acceso de nuevos operadores” al sector del transporte por ferrocarril.
Las afirmaciones, recogidas en un informe realizado por CNC a raíz de la Ley Ómnibus, se complementan con la recomendación de que se establezcan mecanismos que limiten la capacidad de la operadora de utilizar los recursos públicos indispensables para la prestación de servicios ferroviarios. En resumen, se insta a “adecuar el marco regulatorio introduciendo medidas que favorezcan y faciliten la expansión del mercado del transporte de mercancías”.
Resulta paradójico leer la rotundidad con la que se manifiesta ahora la CNC y paralelamente recordar que tardó nada menos que un año, frente al mes que suele emplear de media en estos casos, en decidir que la denuncia de UOTC se debía archivar. De esta manera, cercenaba de raíz la posibilidad de que el Tribunal de Defensa de la Competencia, es decir, su órgano superior, entrase en materia. UOTC, que ahora se congratula del cambio de postura de la CNC, decidió en septiembre de 2008, a raíz del revés de Competencia, presentar un recurso contencioso-administrativo ante la Audiencia Nacional, que en la actualidad sigue su curso.
Visto lo visto y teniendo en cuenta la claridad meridiana con la que la CNC da fe por escrito de los privilegios de Renfe, no parece aventurado pensar que la Audiencia Nacional decida que la denuncia de UOTC tiene el suficiente contenido como para que el Tribunal de Defensa de la Competencia entre a valorar el asunto.
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