La liberalización del mercado del transporte de mercancías por ferrocarril en España sigue en mantillas ocho años después. No por ya conocido resulta menos contundente el reciente informe de la Comisión Nacional de la Competencia (CNC) sobre el estado de la cuestión.
Competencia ha comprobado “una situación insatisfactoria en el mercado”, que sigue perdiendo cuota frente a otros modos de transporte y en el que las empresas privadas continúan teniendo una presencia prácticamente testimonial.
La competencia sigue estando muy restringida en la práctica, principalmente como consecuencia de las prebendas de las que sigue gozando el operador público Renfe y que penalizan directamente a los operadores privados.
El organismo que preside Joaquín García Bernaldo de Quirós tacha los privilegios de Renfe como “las barreras más dañinas” a la libre competencia y propone actuar para paliar esta situación. De hecho, en el informe deja clara la necesidad de dar prioridad a todas aquellas actuaciones que conduzcan a solucionar este problema.
Una de ellas pasaría por sacar de una vez por todas los pies de Renfe fuera del tiesto del Ministerio de Fomento, en el que cohabita con el Adif. De esta manera se evitaría el riesgo de favorecer al operador público y de desincentivar la entrada de competidores.
Además, la CNC reclama la prohibición de consejeros de Renfe en Adif y viceversa, por ser sinónimo de acceso a información comercialmente relevante y de capacidad de influencia, algo que a los operadores privados les está vedado. Ante el rapapolvo de Competencia, queda por ver si el Gobierno decide tomar por fin cartas en el asunto.
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