El pasado 29 de julio la patronal estibadora Anesco y los sindicatos del sector firmaban el IV Acuerdo Marco de Estiba, que deberá regular el negocio a nivel estatal hasta el 31 de diciembre de 2017. Salvada la ultraactividad, lo que de verdad interesa es si el acuerdo será validado en los muelles y representará una nueva estrategia de reducción de costes portuarios. Anesco afirma que sí.
Y es que días antes, Puertos del Estado desvelaba el primer informe de su Observatorio de Costes con una importante conclusión: la flexibilización de la ‘mano portuaria’ es clave para que la estiba española sea competitiva. La contratación de personal representa para un terminalista el 52 por ciento del gasto en el movimiento de un contenedor, cuyo coste por TEU oscila entre 54 y 122 euros.
Demasiada dependencia del factor humano. España tiene excelentes profesionales en los muelles, pero el colectivo debe reinventarse. El barco de guerra se queda ahora en dique seco, tras la consecución del IV Acuerdo Marco, cuyo redactado tendrá que pasar el filtro del Ministerio de Trabajo. ¿Solicitará informe a Competencia? La Administración debe asegurar que no se sobrepasan los límites funcionales en las tareas complementarias y cómo poder actuar en el problema de los pasivos laborales si Bruselas obliga a reformular la Ley de Puertos.
Lograda la paz social, el negocio va camino de otro cambio. ¿El modelo será nuevamente parcheado o modificado? La estiba urge reformas, mayor transparencia y más negociación. El temor no deber mover al Gobierno de Mariano Rajoy en dirección opuesta a los deseos que ha manifestado Puertos del Estado de acometer una reforma legal.
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