En la UE se avanza hacia convenios colectivos estatales, unificando criterios en salarios, dietas y jornadas
Acabamos de conocer una recomendación del Consejo EPSCO de la UE (ministros de Trabajo de los diferentes Estados) que anima a la negociación laboral de ámbito nacional. Algo que no nos vendría nada mal en España, donde el transporte de mercancías por carretera cuenta a día de hoy con 56 convenios colectivos -en algunas provincias hay más de uno-, de los cuales 50 están en vigor (los seis restantes han caducado). Un mosaico de marcos normativos que genera condiciones de competencia desiguales, lo cual no es solamente contrario a las reglas más elementales en materia de libre competencia, sino que puede lastrar el dinamismo económico y la competitividad de nuestro sector.
¿Es razonable que un transportista de Badajoz cobre menos dietas que otro de Barcelona cuando ambos estén en Madrid o en Lyon? En la UE se avanza hacia convenios colectivos estatales, incluso supraestatales, unificando criterios en salarios, dietas y jornadas. Un sendero que nuestro país también debería transitar. Reconozco que el transporte terrestre es difícil de analizar, heterogéneo, dinámico y complejo jurídicamente, pero creo necesario reordenar el sector para contar con unos estándares mínimos específicos que puedan extenderse a los asalariados “móviles”. Un objetivo para el que es necesario una mesa de negociación potente y mucho diálogo social para tejer alianzas. Nuestro sector merece un acuerdo estatal: un convenio nacional que, estableciendo un periodo transitorio de convergencia para ir reduciendo la actual horquilla salarial existente entre los provinciales, sustituya a la media centena de convenios actuales, cuyas diferencias en materia retributiva y de jornada constituyen una fuente constante de discriminación y provocan deslocalizaciones internas y lo que es muy importante, un marco que sea capaz de reducir drásticamente la litigiosidad laboral.
Ramón Valdivia
rvaldivia@astic.net