Cerró el pasado ejercicio con apenas un millón en números rojos frente a los 151 anunciados, como ya sospechaban las privadas.
Correos infló su previsión de pérdidas en 2010 por segundo año consecutivo. El grupo cerró el año con apenas un millón de euros en números rojos, una cifra muy alejada de los 151 millones de pérdidas anunciados por la pública, como ya sospechaban sus competidores privados, que creen que se trata de su “habitual política de victimismo”
La maniobra de inflar las pérdidas previstas por Correos de cara a su publicación en los Presupuestos Generales del Estado (PGE) ha vuelto a repetirse. A falta de conocer el dato final del cierre del ejercicio pasado, el presidente de Correos, Alberto Lafuente, adelantó con motivo de la presentación del Plan Estratégico del operador público para el período 2011-2014 que “las pérdidas se reducirán hasta alrededor del millón de euros”, una cifra muy alejada de los 151 millones en números rojos que reflejaban las previsiones incluidas en los PGE para 2010.
Ya en 2009 se produjo una situación parecida cuando después de pronosticar unas pérdidas de 63 millones de euros, según datos que rezan en los PGE correspondientes a ese año, la pública registró unas pérdidas reales de poco más de dos millones. Pero es que la cosa no queda ahí, ya que de cara a 2011, Correos tiene previsto perder otros 84 millones de euros, según contemplan los PGE de este año, mientras que Lafuente ya ha adelantado que esperan un resultado equilibrado.
Lo paradójico es que, en ambos casos, las respectivas hojas presupuestarias fueron defendidas por el entonces presidente de Correos, Sixto Heredia, y por el actual, Alberto Lafuente, respectivamente, ante la Comisión de Fomento del Congreso de los Diputados sin que ninguno de los portavoces de los distintos partidos políticos entrase a cuestionar la verosimilitud de las cifras anunciadas.
Cabe esperar, eso sí, que cuando llegue el momento de defender las previsiones de cara a 2012, los distintos grupos parlamentarios ya estén sobre aviso en torno a la enorme volubilidad que parecen tener las cuentas del operador postal público. Pero, ¿qué es lo que se esconde detrás de esta repetida maniobra?
Desde el sector privado consideran que la aprobación de presupuestos tan distorsionados no es más que una táctica que forma parte de “la habitual política de victimismo” que adopta Correos con el objetivo de “seguir perpetuando de forma directa o indirecta los privilegios y prebendas de los que han disfrutado históricamente”. Además, otros operadores privados más críticos hacen también referencia a “las felicitaciones y parabienes que arranca cualquier equipo directivo que es capaz de reducir una presumible pérdida de una manera tan notoria”.
Plan Estratégico 2011-2014
El objetivo estrella es elevar la cuota de mercado (25%) que Correos ostenta en el mercado conjunto de los servicios postales, los ligados a nuevas tecnologías, paquetería y marketing directo, con una facturación de 8.000 millones.
La sociedad apuesta por prestar un servicio integral, gestionando toda la cadena de un envío. Además, reforzará el negocio de Chronoexprés en el nicho de mercado de los pedidos on-line.
El plan contempla alcanzar beneficios a partir de 2014 sin realizar ningún ajuste de capacidad, ni en empleo o número de oficinas. Correos cuenta con 64.000 empleados y 2.300 oficinas.