Leif Östling, de ACEA, subraya que se trata de la ‘peor contracción de ventas conocida’.
La intranquilidad y el temor empiezan a hacer presa en los fabricantes europeos de vehículos industriales que no ven fin a la actual contracción de la demanda, como consecuencia de la profunda crisis económica y financiera, que se ha plasmado ya en una caída del 90% en los pedidos registrados en el primer trimestre de 2009
Leif Östling, presidente ejecutivo de Scania y actual presidente de la sección de vehículos industriales de ACEA, el lobby belga de los fabricantes de automóviles, ha hecho una llamada de atención a las autoridades comunitarias para que adopten con urgencia medidas encaminadas a impedir que desaparezca el tejido industrial europeo y se eleve dramáticamente el paro. Östling, que intervenía en el Foro Internacional del Transporte, un evento que cuenta con la participación de representantes de los ministerios de transporte de la Unión Europea, subrayó que no se trata de la fase de contracción de un ciclo periódico, sino que, por el contrario, constituye la mayor contracción de ventas de la historia.
“Las crisis económica y financiera han desencadenado un fuerte descenso de la actividad transportista y, en consecuencia, de la demanda de camiones”, señaló Östling, que para destacar la gravedad de la situación, indicó a los asistentes al Foro que la entrada de pedidos en el primer trimestre del año en curso había ascendido a sólo 10.000 unidades, cuando en el mismo trimestre de 2008 fue de 100.000 (-90 por ciento).
Es más, la propia ACEA ha publicado que la matriculación de camiones se contrajo un 42 por ciento en el mes de abril último, quedando en 139.870 unidades de más de 3,5 toneladas, pese a que en ese mes hubo sólo un día laborable menos que en abril de 2008. En el mes de marzo de 2009, que tuvo tres días laborables más que el mismo mes de 2008, se redujeron las matriculaciones de esos vehículos un 32,9 por ciento, lo que da idea de que la situación empeora por momentos. Para adaptarse al nuevo nivel de la demanda, los fabricantes de vehículos industriales van a tener que reducir su producción en 2009 a la mitad de la que alcanzaron en 2008, lo cual va a originar gran cantidad de despidos por más que todas las marcas estén tratando de reducir el número de éstos a base de rebajar la jornada laboral a sólo 4 días por semana, como de hecho han acordado ya con los sindicatos suecos Volvo y la propia Scania.
Los empleos directos que dependen en Europa de la producción de vehículos industriales ascienden a 250.000. Pero la presión relativa al empleo no se limita sólo a los fabricantes de los vehículos sino que, a través de estos, se transfiere también a sus proveedores de componentes, distribuidores y talleres que se están viendo obligados a su vez a recortar sus propias plantillas.
El empleo indirecto que generan los camiones en Europa se cifra en 1,5 millones de puestos de trabajo. “Para avanzar hacia una movilidad sostenible, hay que contar con una industria próspera, pero en la actual coyuntura económica y financiera, el coste que proporcionalmente grava a la nuestra es muy alto y esto debe ser analizado cuidadosamente por las autoridades comunitarias que podrían, por ejemplo, adelantar algunos de los grandes proyectos de ingeniería civil que están previstos para más adelante al objeto de frenar el desempleo y la destrucción de tejido industrial”, añadió Östling.
El presidente de la sección de vehículos industriales de ACEA resaltó igualmente el contratiempo que para la industria del camión supone la tremenda dificultad de conseguir en estos momentos créditos y préstamos bancarios. “Muchos de nuestros clientes podrían acometer negocios y contratos que requerirían la inversión en vehículos nuevos pero que no pueden hacerlo porque son incapaces de financiar dicha inversión debido a la carencia generalizada de líneas de crédito”, lamentó Östling.
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