Cummins, el fabricante estadounidense de motores Diesel, cerró 2009 con unos beneficios netos de 428 millones de dólares (unos 317 millones de euros) que suponen un recorte del 43 por ciento sobre los resultados de 2008. Los beneficios antes de intereses e impuestos ascendieron a 774 millones de dólares, cerrando un cuarto trimestre de año fiscal que se ha convertido en el mejor de la historia de la compañía.
La facturación en 2009 ascendió a 10.800 millones de dólares, un 25 por ciento menos que en 2008, descenso debido a la crisis global y sus negativos efectos sobre la demanda de camiones y maquinaria. Tim Solso, presidente ejecutivo de Cummins, señaló que los excelentes resultados de su compañía durante el cuarto trimestre de 2009 se habían debido a la fuerte y sólida demanda de India, China y Brasil, unos países cuyas economías habían sido capaces de recuperarse de la crisis con mucha más rapidez que otros mercados como Europa y Norteamérica, aunque Solso admitió que la entrada en vigor de nuevas normas sobre contaminación (EPA 2010) al comienzo del presente año en el mercado norteamericano, había provocado un incremento apreciable de las ventas de camiones con motores conforme a dichas normas.
Solso dijo que 2010 se perfilaba como un ejercicio que en su primer semestre podía ser incluso más duro que lo había sido el primer semestre de 2008. Analizando la entrada de pedidos de motores para vehículos industriales a cumplimentar en la primera mitad de 2010, Solso señaló que el mercado norteamericano podía sufrir una contracción del 80 por ciento con respecto al segundo semestre de 2009. Ello se traduciría en un descenso del 50 por ciento en la facturación de motores para camiones de tonelaje medio y pesado.