El coste del proyecto del nuevo camión asciende a 28,8 millones.
Cummins, el fabricante estadounidense de motores para vehículos industriales, y Peterbilt, uno de los históricos constructores de camiones que aún ruedan por las autopistas norteamericanas, se reunieron durante cuatro años para construir un ‘Super-Camión’ sobre la base de una tractora pesada Peterbilt 587 impulsada por un motor Cummins ISX15. El proyecto ha costado 38,8 millones de dólares (casi 28,8 millones de euros) y ha permitido alcanzar resultados sorprendentes, como reducir en un 54 por ciento el consumo de combustible en condiciones normales de circulación y mejorar en un 61 por ciento el índice de eficiencia del conjunto articulado, que se obtiene multiplicando las toneladas transportadas por los kilómetros recorridos y dividiendo el resultado por el consumo.
Tras 11 recorridos de 502,11 kilómetros por la Ruta 287, que lleva de Fort Worth a Vernon, en el estado de Texas, el conjunto articulado, con un peso bruto total de 29.484 kilos, logró un consumo medio de 23,5 litros a los 100 kilómetros, una cifra que se considera un 54 por ciento inferior a la promedio de los camiones típicos ahora en circulación por Norteamérica. Aquí, en Europa, el resultado, sin dejar de ser bueno, no parece tan brillante, sobre todo si en vez de limitarnos a manejar el consumo nos vamos al índice de eficiencia. Por ejemplo, MAN asegura que, con su gama EfficientLine, es posible rebajar el consumo a 32 litros en un conjunto articulado de 40 toneladas.
Y Mercedes también ha logrado una cifra similar con sus Actros Euro 6. El ahorro de combustible conseguido por Cummins y Peterbilt en su Super-Camión, permitiría al transportista ahorrarse 25.000 dólares al año, al precio actual del gasóleo en aquellas tierras, que es sensiblemente más bajo que a este lado del Atlántico, si realizara anualmente un promedio de 193.121 kilómetros.
REBAJA DE CO2
Ni que decir tiene que todo ello también representaría una rebaja significativa de las emisiones de CO2 a la atmósfera, en un país que cuenta con unos 2 millones de camiones en circulación, de acuerdo con las cifras de la American Trucking Association. El motor y el conjunto articulado han servido de banco de pruebas para nuevas tecnologías que sin duda se convertirán en equipo de serie en los camiones del mañana, según David Koeberlein, investigador principal del proyecto Super- Camión.
El personal de Cummins que participaba en el proyecto se ha dedicado lógicamente a poner a punto el motor y a la integración del mismo con el resto de la cadena cinemática, trabajando en el desarrollo de numerosos cambios para el sistema de combustión, la reducción de fricciones y la denominada “potencia parásita”, que no es otra cosa que el exceso de potencia que el motor necesita para mover órganos y componentes como la bomba del agua en el equipo de refrigeración o el compresor de aire. El personal de Peterbilt ha trabajado en la reducción de la tara del vehículo, en la aerodinámica y también en la cadena cinemática.
El proyecto va a continuar durante el presente año sobre un nuevo Peterbilt 579, que esta vez será sometido a ciclos de circulación de 24 horas, incluyendo los tiempos de descanso en los que el vehículo esté detenido.