Juan Díaz Cano. Presidente de La Real Liga Naval Española
Clausurábamos hace dos años y medio, en Cartagena, el III Congreso Marítimo Nacional con la oculta esperanza de que el sector marítimo español abandonase, por fin, el camino de servidumbre que durante tantas décadas ha venido transitando. Para desgracia de todos cuantos, de alguna manera, formamos parte del conglomerado de industrias de la mar, aquellas esperanzas han dejado paso a la decepción
Inasequibles al desaliento, La Real Liga Naval Española y el Clúster Marítimo Español anuncian la celebración del IV Congreso Marítimo Nacional, bajo el lema de “Navegando hacia el futuro”.
El congreso tendrá lugar en Madrid, en la Escuela de Ingenieros Navales, los próximos días 8 y 9 de mayo, y volverá a congregar a los principales actores del sector.
Especial atención se prestará a nuestra sufrida Marina Mercante, cuya mitad de la flota navega bajo pabellón de conveniencia. Intentaremos analizar la viabilidad de revitalizar el Registro Especial de Buques de Canarias (REBECA), olvidado tanto por la Administración marítima como, por supuesto, por los acomodaticios sindicatos españoles. Adicionalmente a estos dos temas, se contará con una mesa redonda en la que intervendrán, además del actual director general de Marina Mercante, cuatro exdirectores generales.
Dentro del programa, se contemplan también ponencias sobre la Armada Española, los astilleros del futuro, la realidad de los puertos españoles, el I+D+i del sector marítimo, la marina deportiva, los cruceros y su impacto sobre los puertos y ciudades, la pesca, los mares limpios y las energías marinas alternativas.
Especial importancia se concede a la realidad del modelo portuario español, tan en entredicho en los últimos meses. Parece evidente que asistimos al fin de un agonizante modelo portuario creado en los años 80 bajo oxidados parámetros de control administrativo, incapaces de resistir unos tiempos presididos por una nueva y latente revolución industrial. Es de esperar que los ponentes invitados debatan también sobre el manido asunto de la estiba, y su definitiva adecuación a la normativa comunitaria.
Volverá a ponerse encima de la mesa la necesidad de eliminar el impuesto de matriculación para las embarcaciones deportivas de más de ocho metros de eslora; un impuesto que, dentro de la UE, sólo existe en nuestro país, restando a nuestras industrias de la náutica deportiva competitividad y futuro. Otro tema que se tratará, en relación a la marina deportiva, será el estudio de las causas que han provocado la huida de gran parte de la flota deportiva española hacia banderas como la belga.
La pesca volverá a ocupar un puesto destacado en la temática de este congreso, máxime a raíz de las dudas que para nuestra flota pesquera genera el ‘Brexit’. Estudios recientes muestran cómo la flota pesquera más perjudicada por esta huida británica será la española, lo que vendrá a marcar, si nuestros gobernantes no dan un puñetazo a tiempo en la mesa de Bruselas, el acta de defunción de este sector.
Finalmente, volverá a flotar en el ambiente la vieja reivindicación de la Liga Naval de constituir un Ministerio de la Mar que englobe los intereses de las industrias marítimas, acabando así con una transversalidad administrativa que implica a, ni más ni menos, a cuatro Ministerios diferentes.
Todos estos temas, y el resto contenido en el programa, tienen el peso suficiente como para justificar la celebración de un congreso que servirá para dar visibilidad al sector ante una ciudadanía española, que desgraciadamente sigue viviendo de espaldas al mar. Os esperamos.