Jonathan Repiso. Team Manager de Ingeniería, Logítsica y Supply Chain de Perm Recruitment Services en HAYS España
Aunque la oferta formativa en logística en España ha mejorado considerablemente en los últimos años, aún existe la oportunidad de ajustarla a las necesidades del mercado
La logística y el transporte representan el 6,9 por ciento del PIB de España, generando más de 100.000 millones de euros en ingresos, según Catenon. Un porcentaje que podría elevarse hasta un 10 por ciento si se consideran las actividades logísticas realizadas por empresas de los sectores industrial, comercial y de servicios.
Según datos de la Encuesta de Población Activa, el sector cuenta con 1.249.800 empleados, lo que supone un incremento del 2,8 por ciento en comparación con 2023. Se trata de un crecimiento que invitaría al optimismo, si no fuera por la desaceleración en la tasa de expansión a largo plazo. Todo ello influenciado por factores como el aumento de costes y la falta de mano de obra en el sector, dada la escasa entrada de nuevos profesionales.
Así, en torno al mercado laboral, hay una serie de cuestiones que los agentes del sector logístico no paran de preguntarse: ¿qué pasará cuando llegue la hora del relevo generacional?, ¿es que las condiciones laborales son poco atractivas?, ¿o es más bien por una falta de formación específica y, por lo tanto, una preferencia hacia otros perfiles profesionales?
La creciente inflación y el impacto económico de ciertos conflictos internacionales han elevado los costes operativos de todos los mercados, pero especialmente en este sector. Según la Guía del Mercado Laboral 2024, las empresas de logística reportan el aumento de los costes como el primer factor que es más probable que les impida conseguir sus objetivos estratégicos (en un 23,4 por ciento). Esta situación ha llevado a las organizaciones a adoptar un enfoque particularmente conservador en 2024, buscando disminuir riesgos y, sobre todo, evitar sobrecostes en personal adicionales.
En esta línea, la demanda de profesionales en supply chain, como transportistas o mozos de almacén, se ha estabilizado, mientras que las compañías están enfocándose en diferentes perfiles que sí les urgen. En concreto, la presión para reducir costes ha impulsado a las empresas a priorizar la optimización de compras y la negociación con proveedores, aumentando así la demanda de expertos en estos aspectos, en detrimento de otros cargos como conductores u operadores de maquinaria logística.
No en vano, según nuestros datos, ya son 3 de cada 10 las empresas que están utilizando consultoras de selección para optimizar sus procesos de contratación e identificar más rápidamente a los candidatos adecuados, así como detectar las necesidades de recualificación en su plantilla.
Formar bien para ser más competitivos
El sector tiene claro que la falta de talento y la carencia de mano de obra cualificada son problemáticas reales. Según el informe, el 20 por ciento de las empresas logísticas sienten que su personal no posee las habilidades necesarias. Aunque la oferta formativa en logística en España ha mejorado considerablemente en los últimos años, aún existe la oportunidad de ajustarla a las necesidades del mercado. Regiones como Madrid, Aragón, Cataluña y Andalucía, que cuentan con infraestructuras de transporte desarrolladas, requieren la actualización de sus programas formativos. Para los nuevos profesionales, es importante incluir y formar en competencias específicas relacionadas con la digitalización, gestión de datos, automatización y prácticas sostenibles. Solo mediante el fortalecimiento de la formación en diversas áreas vinculadas a la logística se podrán abordar los retos actuales del sector.
Una propuesta de valor
Es crucial que, entre todos, abordemos problemas como la elevada tasa de absentismo y la insatisfacción laboral, que caracterizan el sector. Los trabajadores logísticos, al igual que en la mayoría de las industrias, han elevado sus expectativas, siendo más exigentes en aspectos como la flexibilidad laboral, la conciliación y la remuneración.
En este sentido, es recomendable que las empresas no se centren únicamente en ofrecer un salario competitivo, sino que también se esfuercen por mejorar otros factores que potencien la atracción y retención del talento, mediante una propuesta de valor que contemple aspectos de conciliación y bienestar laboral.