Aunque tiene informes “que exoneran de responsabilidad a las empresas” en el derrumbe de la obra, reclamará 102 millones, la mitad de la factura extra originada.
El puerto de Barcelona ha anunciado que presentará una demanda civil contra todas las UTES involucradas en la construcción del muelle Prat que se hundió parcialmente en 2007. El importe de la reclamación por los daños y perjuicios ocasionados no superará los 102 millones de euros, la mitad de la factura extra originada por el accidente
La Autoridad Portuaria de Barcelona ha anunciado que presentará una demanda, por la vía civil, contra todas las UTES involucradas en la construcción de la primera fase del muelle Prat que se hundió parcialmente en enero de 2007. El montante que exigirá por los perjuicios económicos causados por la “avería” (el nombre técnico del accidente) “está por determinar, aunque será un máximo de 102 millones de euros”, señalaron fuentes de la dársena. De esta cifra, “62 millones corresponden a los daños materiales (las obras de reparación del muelle) y 40 millones por lucro cesante”.
Los 102 millones de euros se quedan cortos para los daños económicos que provocó el accidente. Esta cantidad supone alrededor de la mitad de la factura extra que ha tenido que pagar por la avería. A las obras de reparación y lo que ha dejado de ganar el puerto, se suman los gastos de los estudios técnicos para conocer las causas del derrumbe y todas las medidas técnicas y de control que se pusieron en marcha para garantizar que no volviera a ocurrir el accidente.
A la hora de optar por los tribunales, la dársena catalana “considera los daños materiales causados por haber hecho mal la obra y la pérdida de beneficio por el retraso sufrido”, añadieron estas fuentes. De no haberse producido la avería, la primera gran superficie ganada con la ampliación, y estrella de la misma, habría entrado en funcionamiento durante el primer semestre de 2008. Tras sucesivos aplazamientos desde el derrumbe, será, finalmente, durante 2012 cuando la concesionaria de la terminal, Tercat, comience a trabajar en la nueva instalación, tras recibir las primeras 60 hectáreas -no afectadas por el accidenteel pasado septiembre.
La construcción de la primera fase del muelle Prat fue adjudicada en 2004 a la UTE integrada por Ferrovial y Cyes, por un importe de 51,34 millones de euros. En marzo de 2006, el consejo de administración adjudicó a la UTE Dravo-Construcciones Especiales y Dragados-Sociedad Española de Dragados la primera fase del relleno del muelle. En septiembre de 2006, adjudicó a la UTE Dravo-Construcciones Especiales y Dragados-Sedra la primera fase de las obras de consolidación y, un mes antes del accidente, a Dic Sud las obras de precarga de cajones. El puerto de Barcelona no ha concretado las UTES a las que reclamará por daños y perjuicios.
“No tenemos conocimiento oficial de la demanda ni se nos ha notificado”, señaló una portavoz de Cyes, una de las UTES constructoras. “Nos ha sorprendido porque hay informes técnicos de la propia Autoridad Portuaria que dejaron claro, en su día, que las constructoras del muelle no tenían responsabilidad en el accidente”, añadieron desde la compañía. La UTE mayoritaria, Ferrovial (70 por ciento), declinó pronunciarse. El anuncio de la presentación de la demanda también ha causado sorpresa entre la comunidad portuaria, según ha podido comprobar este periódico (ver despiece).
El 1 de enero de 2007, se produjo el desplazamiento de 16 cajones que formaban 640 metros de la línea de atraque del muelle Prat. Acababa de estrenar el cargo Jordi Valls como máximo responsable de la dársena. El accidente ocurrió cuando se estaba procediendo al relleno del muelle. Once meses después, en noviembre de 2007, el consejo de administración del puerto adjudicó a la misma UTE constructora, la formada por Ferrovial y Cyes, la reparación de la avería, por un montante 62,99 millones de euros.
El muelle se ha reconstruido a imagen y semejanza del original, eso sí, con muchas más medidas de seguridad. Se ha empleado el mismo método constructivo, cajones, y el relleno procedente de dragado, pero con medidas de seguridad adicionales como proteger los cajones mediante pedraplenes (estructuras formadas por piedras) y en el relleno hidráulico no se superó la cota del mar. El muelle cuenta con una superficie total de 100 hectáreas y 1.500 metros de línea de atraque.
El puerto entregó a Hutchison las primeras 60 hectáreas y 1.000 metros de línea de atraque el pasado septiembre. Con prácticamente tres años de retraso, el terminalista empezó a principios de este 2011 la construcción civil. La nueva terminal tendrá una capacidad inicial para mover 1,5 millones de TEUs al año.
Cuatro años después, ¿por qué la demanda?
El anuncio de la presentación de una demanda civil para reclamar una compensación por los perjuicios económicos derivados del hundimiento parcial demuelle Prat ha causado cierta sorpresa entre la comunidad portuaria. La decisión se ha tomado cuatro años después del accidente y recién estrenado Sixte Cambra como nuevo presidente de la Autoridad Portuaria, que sustituye en el cargo a Jordi Valls. Tras un largo proceso de investigaciones jurídicas y técnicas, se llegó a la conclusión que “no estaba claro que prosperara la vía judicial favorable a los intereses del puerto”, señalan fuentes de la comunidad portuaria.
Por ello, se optó, en su día, porque los representantes legales de la dársena negociaran extra judicialmente con las aseguradoras de lasUTES que participaron en la construcción del muelle para conseguir una compensación. Y eso es lo que han hecho hasta la fecha. El consejo de administración de la Autoridad Portuaria del pasado marzo autorizó a Sixte Cambra a seguir las negociaciones y tomar las medidas que considerara oportunas.
La compensación ofrecida por las aseguradoras es de nueve millones de euros, según el puerto. Independientemente de que esta cifra esté a años luz del sobrecoste generado por la avería, la pregunta sin respuesta es ¿qué ha cambiado ahora para optar por la vía judicial? La Autoridad Portuaria contrató a principios de 2008 a la filial española de la firma norteamericana Crawford & Company para elaborar un informe de peritaje de los daños y perjuicios del accidente. También contrató al despacho de abogados MDV Jurídico y Tributario con elmismo objetivo, asesorar al puerto si podía exigir responsabilidades.
El informe técnico que presentó públicamente, en junio de 2007, la dársena sobre las causas del accidente no arrojaron luz sobre posibles responsabilidades. El detonante de la catástrofe fue la licuefacción del relleno, elemento determinante para el desplazamiento de 640 metros de la línea de atraque, aunque la causa exacta del fenómeno no lo pudo precisar el grupo de expertos que elaboró el informe, comandado por José Luis Estrada, que fue nombrado comisionado para las obras de la ampliación, tras el accidente.
No se pudo determinar la secuencia real de la avería: bien se deslizó inicialmente algún cajón, lo que provocó la licuefacción del relleno, bien se produjo antes la licuefacción y lamisma generó el desplazamiento de los cajones. Las causas de la licuefacción no quedaron claras al tratarse de un fenómeno inédito en España, se aseguró en su día. Fue la primera vez que se produjo una magnitud de licuefacción como la del relleno del muelle no originada por un terremoto.
El informe de los técnicos apunta tres posibles causas de la licuefacción: se pudo deber al hundimiento parcial del relleno o de alguna de lasmotas que se estaban construyendo, a la presencia de gas y al proceso de vertido hidráulico. Al desconocerse la causa exacta que generó el derrumbe, “es difícil establecer responsabilidades”, aunque se continuaba investigando si eran exigibles indemnizaciones, reconoció Jordi Valls, en octubre de 2008, durante una comparecencia ante la Comisión de Política Territorial del Parlamento catalán.
Las principales obras de construcción del muelle Prat se adjudicaron bajo la presidencia de Joaquim Coello, que sustituyó a Joaquim Tosas en 2004. Coello estuvo en el cargo hasta diciembre de 2006, cuando fue relevado por Jordi Valls, que no pudo tener un estreno más difícil con el hundimiento parcial del muelle Prat, producido menos de unmes después de tomar posesión del cargo.