No se entiende que un informe de Anfac haya sido usado como supuesto mensajero de una recuperación del mercado español de camiones, pese a reflejar su crítica situación.
Hay dos hechos recientes que apenas han tenido eco en la prensa española, y que, en aras de una dignidad mínima, deberían dejar afónicos durante una larga temporada a los integrantes del coro de presidentes y segundos niveles de las patronales del sector, que demandan ayudas financieras para renovar los coches más viejos y reducir la edad media del parque. Nos referimos, concretamente, al descubrimiento de un negocio montado sobre la marcha y en paralelo a los planes PIVE, PIMA Aire… Y es que, por el módico coste de 200 ó 300 euros, uno podía acceder a vehículos muy viejos, inservibles e incapaces de moverse desde hace tiempo, para hacerse con la subvención prevista en los planes de incentivos a la “renovación del parque” y beneficiarse de 700 u 800 euros a costa del contribuyente.
¿Qué renovación? ¿De qué parque? ¿Del de vehículos de todo punto inservibles y fuera de circulación desde hace muchos meses? ¿Cómo se puede conseguir así mejorar la seguridad de un parque automovilístico y reducir la edad media de los vehículos que lo integran? Y para más “inri”, ni Hacienda, ni Industria, ni Tráfico se han manifestado dispuestos a mover un solo dedo para desbaratar lo que no es otra cosa que un fraude de ley. El otro hecho al que nos referimos es al reconocimiento por parte de la DGT de que es probable que tenga censados como vehículos en circulación más de 3,5 millones de coches que en realidad pasaron a mejor vida hace ya muchos años pero que no fueron dados oficialmente de baja.
¿Con el reconocimiento de semejante “pufo” estadístico, cómo es posible que alguien tenga aún valor suficiente para hablar del envejecimiento del parque? Recientemente, Anfac Research, un departamento de la principal patronal automovilística, ha publicado un informe en el que pone de manifiesto que desde octubre han comenzado a crecer las ventas en algunos segmentos de los vehículos industriales. Aunque se subrayaba que el fenómeno obedece claramente a la llegada de la normativa Euro 6 a comienzos de 2014, y al adelantamiento de muchas ventas al último trimestre de 2013, ya que los transportistas quieren hacer sus renovaciones de flota con los modelos Euro 5, más baratos que los Euro 6, han sido pocos los medios que se han hecho eco de esta circunstancia y mucho menos aún del previsible hundimiento del mercado de camiones en esos primeros meses de 2014.
Sin embargo, ya hay fabricante que, pese a reconocer un aumento en sus entregas en octubre último, han anunciado un recorte importante del ritmo de producción en el primer trimestre de 2014, que incluso podría conllevar algún tijeretazo adicional de plantilla. Echándole buena voluntad, podríamos consolarnos con el dato de que, pese a todo, el sector español del vehículo industrial es el segundo en importancia en Europa, detrás de Alemania. Pero no nos engañemos, tenemos tan cerca a Holanda y Francia, que al menor descuido pasamos de ser los segundos a los cuartos.
Por eso, no se comprende que el informe haya sido utilizado como supuesto mensajero de una recuperación del mercado español de camiones, cuando lo que deja claramente en evidencia es la situación crítica del mismo. La propia Anfac, en un comunicado sobre la evolución del mercado, publicado una semana después del informe de Anfac Research, se descolgaba con un párrafo que comenzaba diciendo: “En el mes de octubre hay reflejos positivos en casi todos los segmentos. Los industriales ligeros descienden un 28,3 por ciento y en el acumulado caen un 12,6 por ciento. En el caso de los vehículos industriales medios, en octubre han ascendido casi un 11 por ciento y en el conjunto del año se posiciona en negativo con una caída del 8,4 por ciento…”. Si eso quiere decir que hay reflejos positivos en casi todos los segmentos, que venga Dios y lo vea.