Marítimo  | 

Denuncian la pasividad del puerto de Sevilla frente a la siniestralidad en el Guadalquivir

“La cifra es escandalosa, el balizamiento es inseguro, defectuoso y poco para navegar, y el puerto es incapaz de mantener el dragado a 6,20 metros”, aseguran los prácticos.

“El balizamiento del Guadalquivir no garantiza la seguridad de la navegación, es defectuoso e insuficiente, está mal diseñado en su parte continental y no sigue las recomendaciones nacionales e internacionales”, según los prácticos consultados por TRANSPORTE XXI a raíz de la alta siniestralidad del puerto de Sevilla desde 2011.

Desde 2011 hasta hoy, el puerto “ha sido escenario de 50 incidentes o accidentes, muchos son embarrancadas. Es decir, el 3 por ciento de los buques que transitan por el río, un cifra de escándalo”, señalaron. La mayoría tuvo como motivo el aterramiento del río: “Cuando el Guadalquivir lleva mucha agua, arrastra arenas y fangos que se depositan en zonas concretas de más anchura o meandros, disminuyendo el calado. Hay que dragar y es lo que no hace el puerto.

Hicieron una esclusa para que entraran barcos de mayor porte, para lo que tenían que dragar a 8,5 metros y resulta que no son capaces de mantener el dragado a 6,20 metros”, subrayaron. La Autoridad Portuaria “no ha reaccionado. Tan sólo la Dirección General de la Marina Mercante se ha implicado, promoviendo reuniones para que se redacten unas Normas de Navegación, que de manera inexplicable no existen a día de hoy en el Guadalquivir”.

Los prácticos aseguraron que “es incompresible que aún no se hayan establecido los márgenes de seguridad, ni el resguardo bajo la quilla, tampoco están detalladas las zonas de adelantamiento ni de fondeo, no se han definido las condiciones de compatibilidad de otras actividades como la pesca o la náutica de recreo con el transporte marítimo, es que no se ha estudiado ni el buque límite ni las precauciones que habría que adoptar en cada caso”.

En su opinión, “se han invertido cientos de millones en una magnífica esclusa, pero no se reponen sus defensas, ni se eliminan los pernos que pueden perforar el casco de un buque, ni se ha eliminado, y eso que han pasado años desde su apertura, un peligroso obstáculo situado junto a una Marina, que, dependiendo del sentido de la navegación, perturba mucho la correcta aproximación a la esclusa o al puerto”.

Calificaron de “temeridad” la actitud de la Autoridad Portuaria, “ya que deja al destino y a la fragilidad de los buques y de sus tanques de combustible la posibilidad de una catástrofe de enormes consecuencias justo en un zona próxima al Parque Natural de Doñana”. Ante esta situación, los prácticos han pedido al puerto que “realice con carácter de urgencia una auditoría de las condiciones de navegación en el río y las preceptivas Normas de Navegación”.

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