MOL anuncia resultados muy por encima de sus previsiones y NYK y K-Line se muestran pesimistas y cautelosos para 2011.
Las navieras japonesas suelen compartir previsiones y resultados, ya que compiten en segmentos de mercado, tráficos y servicios muy similares. Con la crisis económica en vías de recuperación, la situación de los tres grandes nipones, MOL, NYK y K-Line, diverge en cuanto a resultados y pronósticos para el ejercicio 2011
No es habitual que las tres grandes navieras japonesas envíen mensajes tan diferentes sobre el comportamiento del sector y su futuro. En sus mensajes navideños, los presidentes de NYK y de K-Line se muestran cautelosos, y hasta pesimistas, frente al futuro brillante que pronostica el patrón de Mitsui OSK Lines (MOL). Koichi Muto, presidente de MOL, muestra una cara sonriente ante los resultados obtenidos en 2010, actitud que contrasta mucho con el pesimismo que transmitía el pasado mes de agosto.
Debido en gran parte a la efectividad del programa de control de costes de la empresa, Muto proyecta un “beneficio ordinario consolidado muy superior al pronóstico inicial de 930 millones de euros para el ejercicio fiscal 2010”. El motor de este resultado es la división de transporte de contenedores, y a pesar de una tendencia clara al alza de los costes. Por su parte, el presidente de NYK, Yasumi Kudo, adelanta un futuro más oscuro.
La naviera nipona prevé un crecimiento de entre el 7 y el 8 por ciento en 2011 y 2012, y del 5 por ciento en las rutas entre Asia y los mercados occidentales. Kudo predice un crecimiento del 10 por ciento de la capacidad de transporte en el mismo periodo. De hecho, esta tendencia ya ha marcado el ejercicio 2010 de la compañía, y como consecuencia los beneficios del segundo semestre han sido la mitad de los del primero. Todo ello a pesar de la fortaleza que la naviera ha demostrado en otras áreas como el transporte de vehículos y el tránsito internacional.
La perspectiva de K Line es similar a la de NYK. Kenichi Kuroya, presidente de la compañía, admite que la recuperación después de la crisis ha sido impresionante, y que gran parte del tonelaje que fue enviado al dique seco vuelve a navegar. “A mediados de año, nuestras proyecciones para el ejercicio eran de 9.156 millones de euros de ingresos operativos, 511,2 millones de beneficio ordinario, y un beneficio neto de 297,4 millones. Hoy nuestros pronósticos de resultados no han cambiado en gran medida, lo que indica que el medio económico no es tan optimista”, explicó Kuroya.