La terminal granelera Ebhi, empresa semipública cuya enajenación preparan Fomento y el puerto de Gijón, accionista de referencia, espera cerrar el año con unos beneficios próximos a 1,8 millones, el triple que en 2013. Los mejores resultados están relacionados con la evolución del tráfico, aunque no ha sido en la misma proporción, ya que el aumento se situará en torno al 5 por ciento, con un movimiento de 12,2 millones de toneladas, la cifra más alta de actividad desde 2008.
El movimiento granelero en el puerto depende de dos factores: la actividad de ArcelorMittal, que genera un tráfico de unos 9 millones de toneladas anuales, y el papel del carbón térmico en los planes energéticos del país, con una previsión de 3 millones de toneladas para 2014.
No cabe esperar mucho más, salvo que se produzca un improbable cambio de tendencia en la política energética o Ebhi consiga atraer transbordos. Proyectos hubo, aunque no está claro, con la privatización en vísperas, que ese objetivo no tenga que ser ya desarrollado por los futuros gestores. Lo que sí parece indudable es que los compromisos de tráfico serán determinantes a la hora de resolver su venta.